Cuando trabajar en equipo es negocio
El caso de un productor de cerdos del partido de 9 de Julio, que bajo la eficiencia hace del negocio un sostenido crecimiento. Es un pequeño productor que sin crédito bancario desarrolla su producción. El secreto es hacerle caso al asesor.
Sumado a que su conversión de grano a carne es rápida más la buena genética porcina, que hay en el país, alienta que con poca inversión un pequeño o mediano productor se inicie en la actividad.
No obstante hay un secreto, si bien no hay una práctica única para el manejo porcino, constatado esta que quienes trabajan en conjunto con un asesor porcino, las cosas le van mucho mejor.
Es el caso de Alejo Sagasti, cuya granja, un establecimiento familiar de 4 hectáreas a pocos kilómetros de la ciudad de 9 de Julio regentea un criadero de 500 animales y 30 cerdas de buena genética. Los hechos así se lo aseguran.
De amenazado a prominente negocio
Alejo Sagasti, basa su negocio hoy en la compra de lechones a un único productor, que le provee buena genética, los engorda y al cabo de 4 meses entrega un capón de entre 100/105 kilos.
Pero los inicios no fueron agradables. Arranco hace 4 años con 11 madres y en poco tiempo llego a tener 78 con un promedio de 5 lechones anuales por chancha, el trabajo era arduo recuerda. No lo podía manejar, ya que pérdida mucho alimento, tiempo mal usado y una mala genética.
La llegada de un asesor, Gonzalo Crespo, a su establecimiento le cambio la cabeza, “no sé si porque estaba entregado o porque entendí que debía cambiar el rumbo, pero hacerle caso, vi rápidamente los cambios”, relato el productor.
Decisiones
La primera decisión que tomo por consejo de Crespo, fue deshacerse de las cerdas improductivas, eran las que más pérdidas me generaban, reconoce.
Lo segundo fue el mejoramiento de las instalaciones, inicie en construir pistas de cemento y utilizar genética aprobada”, destaca. Y agrega, un buen núcleo vitamínico.
Hoy lejos de repetir aquellos errores trabaja codo a codo con su asesor. Para Sagasti es la receta que le sirve como a tantos otros.
Es que pudo ver como la curva de su negocio, que estaba amenazado, cambio para bien.
Su producción propia con 30 cerdas esta hoy en los 8 lechones promedio anual por madre. Invirtió en un silo y se asegura de maíz, para todo el año, que lo compra a un productor de la localidad de La Niña y el expeler de soja lo adquiere en Junín. Además del núcleo vitamínico que le está dando muy buenos resultados asegura, esto se ve en el producto final para el frigorífico, indica.
En cuanto al servicio utiliza inseminación con genética Landrace y poco a poco va equipando las instalaciones.
Un dato no menor de este pequeño productor es que está llevando la producción sin ningún tipo de crédito bancario, “vinieron en una oportunidad y las promesas quedaron pero el crédito nunca”, dice con humor, sin embargo no se estancó esperando, prosiguió produciendo.
Además construirá más pistas de terminación, ya que busca agrandar el negocio, comenta.
Es que para Sagasti como para cualquier productor de cerdo sabe que la producción es rápida y ligera. Donde no se descarta la laboriosidad que demanda producir cerdos, pero en cuatro meses se obtienen ingresos económicos y no ocupa mucho espacio, siempre y cuando se realice con eficiencia.
En el caso de Alejo Agasti, de las 4 has. la producción de cerdo la realiza en tan solo 1 ha., con la convicción de trabajar en equipo con su asesor y saber hacerle caso, como expresa él, “veo que desde que camino así, la producción me es negocio, mas allá de los altibajos del sector”, asegura.
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