La construcción política como herramienta que facilita el acceso al poder para la transformación de la realidad es desde siempre el camino para los que nos identificamos con un pensamiento político democrático, social, y con fuerte presencia del Estado en las políticas activas que propicien la búsqueda de la igualdad, la libertad, la convivencia pacífica, el respeto por las diferencias, entre muchas otras premisas. Se nos hace imprescindible generar los espacios para una convivencia política de intercambio y afianzamiento de relaciones interpersonales y políticas que desemboquen en un armado territorial compacto, de identidad, que trascienda los límites de lo partidario, y mucho más aún de los degradados sectores internos.

Ha pasado demasiado tiempo mientras esperamos señales de actores que discuten y juegan otras cosas, que trasponen los límites de lo ideológico y hasta de lo partidario y frentista. Las señales inequívocas deben partir desde los territorios, con algunas viejas recetas de simple aplicación: generación de espacios de discusión de políticas públicas, debates ideológicos, posicionamientos temáticos, porque es allí donde hay una clara voluntad de cambio, donde no hay simples criterios de supervivencias personales, sino ansias de acceder a lugares que permitan transformar la realidad con acciones concretas, en lo territorial.

Es en territorio, un distrito de la provincia por ejemplo, donde es más sencillo la construcción como mínimo de un grupo de identidad común, o una sección electoral, por caso la cuarta de la provincia de Buenos Aires, donde están rotos los viejos pactos de convivencia democráticos que establecían canales de participación territoriales para elegir representantes a las cámaras de la legislatura, y en el mismo territorio se definían. Espacios donde los liderazgos se construían desde la fortaleza que significaba gobernar porciones importantes, a la vez que sintetizaban relaciones para invalidar hegemonías.

Como no hay más tiempo que el que nos ha tocado, y la debilidad de esas ausencias, son la fortaleza de lo mucho por construir, este territorio, la cuarta sección electoral, es EL LUGAR donde edificar los lazos de confianza es el desafío, para los que pensamos parecido, a los que nos une la historia, y nos compromete el futuro. Concretamente generar y conservar los espacios de discusión de políticas públicas, de capacitación en gestión, entre otras muchas temáticas, con independencia de las cúpulas sectoriales, para preservación del espacio y garantía de apertura a futuros actores de pensamiento confluyente y fundamentalmente porque en el marco de las construcciones políticas como otras de tipo social el principal activo es la confianza y esta se construye con el manejo horizontal de la información.

Las bondades de estos espacios, no se pueden dimensionar en el corto plazo, pero si se los puede proyectar, como sustento de una construcción política en sociedad con otras identidades partidarias que conforman hoy UNEN, como contenedores de tentaciones diversas, y sintetizadores de diferencias que deben resultar positivas. En la columna del haber está la fortaleza de una construcción en territorio, (a contrapelo de las confusiones que presenciamos como espectadores del talkshow político, también de los nuestros) y que no se aparta de los lineamientos de los que sin dudas son los únicos que nos UNEN, y sería ocioso detallar, pero alcanza con repasar las plataformas de cada uno de nuestros candidatos en las últimas 6 elecciones y está declarada la identidad ideológica. Estas acciones asociadas, se piensan como contención, pero en verdad son estratégicas pensando en el mediano plazo. La Juventud Radical muestra el camino en nuestra sección, de las bondades de la participación activa zanjando las diferencias.

En resumen, es preciso e inmediato, fortalecer espacios de participación, lugares de encuentros regulares para generar lazos de confianza, ampliar la base a actores que piensan históricamente parecido, con la premisa de que los territorios son la matriz del cambio. Se puede llegar mediante atajos que provean candidatos fuertemente respaldados por corporaciones ajenas a nuestros intereses y los del pueblo, o con el fortalecimiento del espacio político que con muchas dificultades pero con plenas convicciones (y a fuerza chocarnos con las trampas diversas que nos propone el PJ en sus múltiples versiones, y de las que ya fuimos presa) es imprescindible avanzar. La cuarta sección electoral de la provincia de Buenos Aires, ha creado en territorio, hace más de dos años un Foro de Concejales y Consejeros Escolares, que conserva la horizontalidad del primer día, y que ha tenido una activa participación de la gran mayoría de los representantes radicales locales. Este espacio merece ampliarse a la participación de nuestros socios naturales y a aquellos que piensen en la aplicación de políticas públicas en nuestro mismo sentido, ya que quienes participamos estamos claramente habilitados (a la luz de los últimos movimientos nacionales) para vigorizar el espacio político que nos identifica y nos contiene ideológica y emocionalmente, y seremos el ejemplo de hoy y la semilla del futuro que sin lugar a dudas nos pertenece.