Cómo se produce la carne artificial
Se cultivan células animales en condiciones de laboratorio; por ahora, su costo es muy alto
Ante la demanda creciente del consumo de carne, surgen que proponen alternativas a la producción de proteína mediante el sacrificio de animales. Se trata de la “carne cultivada” producida por la multiplicación de células animales en un laboratorio.
El nuevo concepto ha captado millones de dólares de inversionistas y la atención de los reguladores estadounidenses, generando discordia en quienes se oponen a que se lo llame “carne”. Si bien este producto puede traer beneficios ambientales, así como numerosas controversias, será el consumidor quien tendrá la última palabra.
Cuando la empresa más grande de taxi (Uber) no posee autos, pensar en una compañía de productos cárnicos de esta naturaleza no es alocado. Más aún si, uno de los productores de carne más grandes del mundo, se convierte en inversor de la carne cultivada en laboratorio. En este partido tampoco se quedan afuera otros visionarios como Bill Gates, Sergey Brin (fundador de Google), Richard Branson (Virgin) y Cargill.
Sucede que el consumo de proteína animal presenta una clara tendencia creciente. A medida que las personas superan la línea de pobreza tienden a incluir la carne en su dieta. Entonces, no solo se esperan 3000 millones de personas más en el mundo para el 2050 sino que, las que ya habitaban, consumirán más carne.
El crecimiento del consumo cárnico se observa especialmente en China e India. Por su parte, el USDA estima un aumento del consumo de carne pollo, vaca y cerdo del 15% hacia el 2027, pasando de 75,4Mt en 2018 a 86,8Mt en 2027. Por lo tanto, la carne cultivada podría ser la vía para que las nuevas poblaciones accedan a la proteína animal.
Producción de carne artificial
¿Cómo se crea la carne? Primero se extraen células del animal (puede ser de una vaca, un cerdo, un pez, un pollo, etc.) por medio de una biopsia. Luego, las células se someten en un biorreactor que emula el cuerpo del animal en temperatura, humedad, dióxido de carbono, etc. El medio posee los nutrientes necesarios -como agua, azúcar, aminoácidos, lípidos, vitaminas y minerales- para que las células crezcan y se reproduzcan. No requiere antibióticos ni hormonas y se está investigando la manera de utilizar nutrientes que sea de origen vegetal.
Es importante aclarar que la carne de laboratorio es muy diferente al producto a base de vegetales, que ya se encuentra en las góndolas. Este último no utiliza células animales sino proteína de origen vegetal que se combina para generar la textura y el sabor de la carne.
Todo apunta a eficientizar la producción de proteína animal al alimentar solo la parte comestible: las células de los músculos. Cuando se alimenta a un animal, parte de la energía química de los alimentos se destina a producir pelo, hueso y órganos y hay pérdidas por calor, gases y heces. Por cada kilogramo de vacuno se producen 9 kilos de estiércol. En cambio, en laboratorio, el subproducto solo es el ácido láctico.
Otra diferencia es que se requieren 12 calorías de alimento para producir una caloría en un animal, mientras que la relación es 1 a1 en el caso de la carne cultivada.
Por último, el vacuno tarda dos años para llegar 420 kilos de peso, mientras que en laboratorio se podría producir la misma cantidad de carne en 3 a 4 semanas.
La carne cultivada requeriría menos recursos naturales que la tradicional. Necesita menos tierras, menos de agua y genera un porcentaje menor de emisiones de gases de efecto invernadero respecto a la ganadería tradicional. Actualmente, solo un 3% de la superficie terrestre es arable, y dentro de esa poca proporción, un 71% se usa para alimentar animales y un 18% para alimentar directamente a personas y el resto para bioenergía. Toda tecnología que apunte a eficientizar los recursos naturales en la producción de alimentos es de suma importancia.
Desafíos de la carne cultivada
Sin embargo, la carne cultivada tiene varios desafíos por delante, a saber:
Aceptación del consumidor: Una encuesta de Intal Latinobarómetro realizada a 20.000 habitantes de América Latina arrojó que el 17 % de los de la Argentina estarían dispuestos a consumir este producto. Además, quieren aumentar el nivel de aceptación presentando un producto rico y sano. Están investigando en mejorar el sabor proporcionando una estructura de las grasas mucho más saludables que la carne animal.
Escalar el negocio sin aumentar los costos: Si el precio del producto no es accesible nadie lo va a adquirir. Debería llegar a la góndola con un precio más competitivo que la carne proveniente de animales sacrificados. Actualmente, producir 1 kg de carne cultivada de la empresa estaría costando 40.000 dólares
Aspectos regulatorios: Al ser un alimento nuevo, no hay estudios de efectos del consumo a largo plazo. En Estados Unidos, tanto el USDA como la FDA se unirían para regular este producto que nadie está seguro de cómo etiquetarlo (carne limpia, ética o sintética) y mucho menos de cómo monitorearlo. En tanto, en el estado de Missouri se aprobó una ley que prohíbe la comercialización de estos alimentos usando la palabra; ya que podría provocar
Fuente: Bolsa de Comercio de Rosario
Foto: Greens Creen
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