Los informes y pronósticos de los distintos centros de investigación climatológicos coinciden respecto de ratificar la tendencia que nos aleja de la “Niña” y nos lleva a una situación de “neutralidad” o quizá de “Niño”, en la segunda mitad de este año 2018.

Y esto es bueno para la campaña agrícola y para los tambos, que trabajan hoy sobre suelos con un buen balance hídrico en el centro y el este de la pampa húmeda, y muy ajustado en el oeste y sudoeste de la misma (donde la capa superficial del perfil está seca, aunque la napa no esté baja).

Para la segunda quincena de Julio se consideran probables algunas lluvias moderadas (entre 20 y 50 mms), y extendiendo la mirada un trimestre por delante (hasta Septiembre), la expectativa es de lluvias normales para la época, y temperaturas medias un poco por encima de las normales, intercaladas con ingresos de masas de aire frío polar y heladas.

PRODUCCIÓN Y PERSPECTIVAS

En nuestra Cuenca se ha consolidado en el último mes y lo que va de Julio la tendencia a la paridad interanual de la producción. Parece achicarse así la brecha del primer cuatrimestre sobre el 2017.

Informe Lácteo N° 9 AACREA Junio 2018

Los cuadros que muestran la grave disparidad en la evolución de los costos y de los precios en los tambos, expresan que no es posible incrementar la oferta de leche, de acuerdo a lo que demandan hoy los mercados, y necesitaría la producción.

Una porción significativa de la región tiene sus suelos muy ajustados en humedad, la llegada de fuertes fríos y heladas frenó el ritmo de rebrote de los verdeos de invierno, y hubo que consumir las reservas más rápidamente que lo planeado.

Esto obliga a dar a las vacas una cantidad de concentrado mayor a la que habilita la relación de precios. Y abre interrogantes sobre cómo alcanzar la próxima primavera sin “morir” en el intento.

Julio: Crece la tensión en el mercado

Pasan las semanas, y en el contexto tambero no aparece una salida inmediata hacia una recomposición en las relaciones de precios mínimamente tolerable, que facilite poder pensar el futuro con alguna tranquilidad.

Así, distintos factores parecen conjugarse para poner más tensión en el mercado. Del lado de la producción, del lado de las industrias, los proveedores de bienes y servicios, y demás actores de la cadena lechera.

Mientras afuera, el gobierno y sus funcionarios, cargan también con los que a ellos les corresponden.

Y envolviendo todo, distintas visiones y “lógicas” se exhiben en pugna, no logran compatibilizarse siquiera en las mesas sectoriales, y en su dinámica nos impiden ver que estamos todos “arriba del mismo barco”.

Precios: Cómo vemos y trabajamos este tema desde la CAPROLECOBA

Nuestros problemas coyunturales suelen ser expresión o tener mucho que ver con nuestros problemas estructurales. Y una vez más, el precio de la leche aparece en el centro del escenario. ¿Cómo lo vemos nosotros y con qué criterio trabajamos sobre él?

Vemos el precio de la leche como la consecuencia de una cantidad de factores, que confluyen, interactúan y se modifican mutuamente en forma dinámica y cambiante, determinando en cada momento una “banda”. Y ésta, a su vez, es afectada por más factores, que la sitúan en niveles más o menos altos a lo largo del tiempo.

La gestión de la comercialización que realiza cada productor o grupo de ellos, es la que determinará la posición de precio de cada uno dentro de la banda (la CAPROLECOBA recomienda la gestión grupal).

Y la gestión institucional/sectorial que podría o debería desarrollar la organización específica, única, representativa y profesional de los tamberos, es la que determinará el nivel más o menos alto de la banda, en cada momento.

Con esta concepción, es que trabajamos como Cámara empresaria tambera sobre los factores causales del precio, en los que tengamos alguna posibilidad de incidir. Es decir, entendemos la función de nuestra organización (y de la que esperamos poder crear a partir del movimiento USV Una Sola Voz), como la de trabajar para generar las mejores condiciones posibles, para que los tamberos puedan gestionar la comercialización de la leche que producen de la manera más eficiente.

Es altamente improbable que se puedan encauzar las relaciones comerciales producción-industria, sin un adecuado marco institucional que le brinde los espacios, los canales y las herramientas a esa tarea.