Cómo impacta en el campo la medida del Banco Central que entra en vigencia este lunes
El Banco Central instrumentó una serie de medidas que tienen un claro fin de incentivar la venta de productores, principal fuente de divisas en un momento delicado para la economía.
En primer lugar dispuso que, a partir de este lunes, las pymes agropecuarias no podrán acceder a créditos con tasa subsidiada del 24 % si no liquidaron el 95 % de la cosecha de trigo y soja. Esta medida no alcanzaría al resto de líneas que ofrecen los bancos.
En tanto, para los establecimientos agrícolas que no son pymes, cuando un banco quiera prestar deberá multiplicar por cuatro el capital mínimo de riesgo, desincentivando cualquier financiamiento.
A cambio de estas limitantes, la entidad monetaria incentiva a los bancos a ofrecer inversiones atadas al valor de los granos, pero también pone una limitante: el importe puede ser hasta 2 veces el valor total de las ventas de cereales y/u oleaginosas registradas a partir de noviembre de 2019.
También estableció que todos los depósitos a plazo fijo que ofrecen los bancos deberán tener una tasa mínima: actualmente del 26 %.
Respuesta del campo
Estas medidas generaron malestar en los productores. Desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) señalaron que la disposición es «arbitraria y discriminatoria».
«Un productor que posea soja o trigo con destino uso como alimento para ganado o para pago de insumos para la próxima campaña o para cumplir con el compromiso de arrendamientos dejaría de ser sujeto de crédito perdiendo en consecuencia capacidad de inversión en insumos imprescindibles para la producción», destaca CRA.
Desde Barrero & Larroudé analizaron: «No todas las pymes del agro están en la misma situación económica financiera. Muchos de nuestros clientes utilizan sus granos como alimento para la ganadería y la gran mayoría aún tiene pagar arrendamientos y otros compromisos post cosecha como el Impuesto a las Ganancias».
El estudio alertó que la agroindustria es el sector que más aporta a las finanzas del estado debido a su alta presión fiscal y con esta medida se está limitando su inversión para la próxima siembra: «Esto termina siendo una medida arbitraria que no alienta a las Pymes agropecuarias a la inversión y mejorar la productividad».
Daniel Pelegrina, presidente de Sociedad Rural Argentina, comentó que estas medidas parten de la suposición de que los productores están reteniendo granos: «Es una suposición que carece de fundamentos».
El hecho es que la cosecha aún no terminó y el nivel de comercialización este año es normal, «incluso notablemente superior si lo comparamos con el comercio realizado durante la campaña pasada a esta misma altura del año», destacó Pelegrina sobre la base de datos oficiales analizados por el equipo económico de SRA.
«Intentar forzar la venta de la cosecha marginando a los productores de créditos a tasas adecuadas, justamente cuando necesitamos los recursos para invertir en la próxima siembra, no se orienta con la necesidad de apuntalar el momento y la competitividad del sector», destacó el titular de SRA.
«La medida será contraproducente porque va a descapitalizar al productor, negándole herramientas e incentivos para invertir», alertó.
Carlos Iannizzotto describió: «Luego de consultar con las bases, y productores de nuestras federaciones y cooperativas, rechazamos las medidas anunciadas por el Banco Central porque se contraponen con lo que Coninagro promueve desde hace tiempo, que es un financiamiento al sector productivo».
«Continuar con medidas que restringen en materia impositiva o financiera, y que constituyen políticas aisladas que desalientan la inversión, implica en términos técnicos un serio perjuicio a los pequeños y medianos productores, tratándose de una medida que decididamente afecta a las cooperativas», agregó.
Sociedad Rural analizó la evolución de la comercialización de la campaña 2019/20 cuando resta cosechar un 64% del maíz y un 17% de la soja.
Según fuentes oficiales, los productores vendieron más del 54% del volumen producido en la presente campaña agrícola 2019/20, más de 12 puntos porcentuales que el volumen vendido en la campaña pasada, cuando se encontraban vendidas el 42% de la cosecha estimada a la misma fecha.
«No existe ninguna evidencia o indicio de que los productores estén reteniendo la producción ni mucho menos especulando con la evolución del tipo de cambio», destacó Jorge Chemes, titular de CRA, y agregó: «Cualquier acusación en este sentido carece de fundamento, es injusta, malintencionada y ofensiva para los productores de todo el país».
El temor del Gobierno es que con una brecha del 100 % entre el dólar oficial (que cobran los productores) y el dólar libre se pierda ritmo en la comercialización de la campaña. A esto se suman los bajos precios de los granos por el impacto del coronavirus y el contexto económico complejo que obliga a buscar resguardo de valor.
La venta de productores tuvo un fuerte adelanto en diciembre en la previa al aumento de retenciones y luego comenzó a bajar el ritmo. Pero igual se mantiene en linea con el avance normal.
Con este contexto, la liquidación de divisas de las empresas exportadoras de granos y subproductos se encuentra en un mínimo desde 2007. En parte también por la bajante histórica del Paraná.
Inversión del campo
La Universidad Austral analizó el ánimo de los productores a través de una encuesta. El 28% de los productores indica que deberán vender más del 80% de su producción de granos antes de julio, a fin de cubrir sus compromisos de cosecha. Un 32% de los productores plantea que necesitará vender menos de la mitad, en tanto 40% venderá entre 50% y 80% de lo producido.
El 56% de los productores planea usar el excedente de producción para comprar insumos, en tanto que un 30% manifiesta que lo almacenará sin precio fijo. Sólo un 12% plantea hacer inversiones en capital físico, mientras que es marginal el porcentaje de productores que pretende fijar precio con futuro o hacer compraventa de dólares.
Los productores ya están encarando una nueva campaña y la siembra de trigo está próxima a comenzar. También se empieza a pensar en la campaña 2020/21 de maíz.
«La altísima inversión inicial del cultivo no es acorde a la rentabilidad obtenida con este nuevo escenario de precios», destacó recientemente la Bolsa de Comercio de Rosario de cara a la nueva campaña de maíz. Del total de ingresos por hectárea de un establecimiento de la zona núcleo (US$ 1.260 por hectárea) un 68 % se va en costos (US$ 852 por hectárea).
Estos costos incluyen insumos, siembra, pulverización, cosecha, flete corto y largo, gastos de comercialización y de estructura.
Pelegrina agrega que desde que se comenzó a hablar con la actual administración de Gobierno, el financiamiento adecuado estuvo como uno de las principales prioridades en la propuesta de los 14 puntos del Campo: «Resaltamos que se requerían condiciones de financiamiento accesibles en tasas y plazos para que podamos poner a pleno el motor de la recuperación económica de la Argentina».
Fuente: Agrofy
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