Buscan revertir el éxodo rural a las ciudades con un programa inédito
Lo lleva adelante una fundación suiza que brinda apoyo para el desarrollo de zonas rurales. La prueba piloto se hizo en un pueblo de Santa Fe, donde 15 familias ya se reubicaron y trabajan en diferentes emprendimientos.
La migración del campo a la ciudad es una tendencia global que parece irreversible. Mientras que el 15 % de la población mundial está hacinada en zonas urbanas, hay miles de pueblos que se encuentran vacíos y están despareciendo.
Argentina no escapa a esta realidad. Recientemente un documento de la Mesa de Juventudes de CONINAGRO, el Ateneo CRA, Juventud FAA y el Ateneo de la SRA, expresaron su preocupación por «el desarraigo y la migración casi obligatoria del campo a la ciudad que viven los jóvenes por falta de oportunidades».
Conscientes de esta situación, Fundación Es Vicis, una ONG suiza, puso en marcha un programa internacional llamado «Bienvenidos a mi pueblo», que busca revertir el éxodo rural. Bajo el eslogan “be the change”, la organización propone una migración inversa, rompiendo con las narrativas instaladas de que ya no se puede hacer nada para frenar esta tendencia.
“La migración es una realidad global que va de la mano de un proceso de engrosamiento de cordones de pobreza y exclusión de las ciudades, condiciones desfavorables de vida, amontonamiento y hacinación de familias. La gente hace un diagnóstico falso; se va de los pueblos porque en las ciudades hay más comodidades, más oportunidades de trabajo, pero esto no tiene que ser así”, comienza explicando a Agrofy News Cintia Jaime, directora ejecutiva de Es Vicis y «emprendedora social» como ella se define.
A este fenómeno de migración, Jaime lo analiza desde el punto de vista sociológico, como una pérdida de valores e identidad cultural. “En el caos de una ciudad uno se siente bastante un número, eso es lo que nos dicen las personas que regresan a sus pueblos y a una comunidad que los contiene. Por eso es muy importante recuperar esos espacios”.
Contrastes
Consultada acerca de por qué sucede esto, Jaime, quien nació en argentina pero hace 25 años vive en un pueblo de Suiza, explicó que existe un amplio contraste entre la inversión que hacen los gobiernos en las ciudades y la que hace en las áreas rurales: «Se necesitan 40 trillones de dólares para transformar a las ciudades en «smart cities» o ciudades inteligentes. Esto agrava la situación en los pueblos y acelera el proceso migratorio».
La directora explica que es necesario equilibrar la balanza y que se invierta al menos el 50 % de esa cifra en la ruralidad de los países: “Si no se hacen caminos, si no se invierte en infraestructura, se va degradando la vida de los habitantes de los pueblos. Esto hace que la gente no tenga ganas de vivir en un lugar donde a nadie le importa. Si la respuesta no se da de forma inmediata, las familias se reubican”.
El caso de Colonia Belgrano
La primera experiencia del programa se realizó en Argentina y comenzó hace aproximadamente cuatro años. Luego de evaluar 14 pueblos de la región santafesina, se eligió Colonia Belgrano, una localidad de 1300 habitantes.
La decisión se basó en su importante infraestructura (dos escuelas primarias, una secundaria, clubes, terrenos disponibles para la construcción de viviendas), por su gran compromiso civil (13 asociaciones intermedias), su manifiesto apoyo al proyecto, por parte de la comunidad y el presidente comunal al momento de aplicar el programa.
“Pudimos probar que la tendencia migratoria no es irreversible. Apenas pusimos el aviso se anotaron 20 mil familias en 4 semanas y tuvimos que cerrar la inscripción. 15 familias se mudaron y se instalaron en el pueblo y desarrollaron 23 nuevos emprendimientos. Los datos son tremendamente positivos en un país con tanta dificultad”, contó Jaime.
Para llevarlo a cabo fue fundamental el aporte del gobierno de la provincia de Santa Fe, que realizó una inversión de más de 25 millones de pesos para construir 20 viviendas, de las cuales 15 serán entregadas a las familias que se radicaron en el pueblo, a partir de un crédito a tasa cero a pagar en 20 años, y las otras cinco serán sorteadas entre los habitantes del pueblo que no tengan vivienda propia, con la misma modalidad de pago.
Desde el programa se llevaron adelante diferentes acciones para impulsar la actividad dentro del pueblo: la creación de una comisión de apoyo, integrada por referentes del pueblo; capacitaciones y charlas, la creación de una Asociación de Emprendedores, que ofrece instrucción, entrenamiento y acompañamiento, y la generación de un fondo de microcréditos.
“El pueblo no tiene que crecer únicamente en población por una oportunidad en el campo, cualquier actividad que se puede hacer a nivel nacional, regional, puede ser ejercida desde áreas rurales. Esta es otra de las cosas demostrables”, explicó la directora de la Fundación.
Y ejemplificó: “Si yo tengo una empresa productora de quesos o produzco zapatos, puedo hacerla en el campo también. Por ejemplo, nadie sabe que Hermes, que es una fábrica francesa produce en un pueblo, no en París. Tiene un montón de gente cociendo en ese pueblo. La gente tiene como el chip de que si va al campo tiene que trabajar en el campo”.
Multiplicar
Tal como manifestó Jaime, pudieron demostrar el éxito que puede tener un programa de transición, de migración sostenida. “Logramos que las familias tengan las herramientas de estructuración básicas para que puedan instalarse, que vivan mejor e impulsen un pueblo que estaba perdiendo población”.
“Les dimos la visibilización de la oportunidad. Pero para que sea realmente positiva esa migración el programa tenés que cuidarlos en todo el proceso, que dura un año y medio, para que tengan una integración y un desarrollo del emprendimiento relativamente rápido. Es todo un trabajo de coaching, de equipo y luego la persona sigue sola. Nuestro objetivo es la autogestión, por eso se crea la Asociación de emprendedores locales, la idea es que sea algo sustentable”, detalló la directora.
Por último, la directora explicó que no es posible desarrollar su objetivo de revertir el éxodo rural haciendo pueblo por pueblo, el proceso de multiplicación debe ser autónomo. “Lo que decidimos es hacer un traspaso de conocimientos a equipos de gobierno con muchos perfiles, trabajadores sociales, formador de emprendedores, etc. Les pasás las metodologías, los capacitás, les das el manual de instrucciones, y dentro de su país pueden implementarlo”.
El esfuerzo de la Fundación para lograr la multiplicación mundial es grande y se encuentra buscando el apoyo del sector rural.
Fuente: Agrofy
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