En la tarde de este viernes a las 16hs. tal como estaba previsto, fueron sepultados en el Cementerio local, los restos de quien en vida fuera Eduardo Francisco “Cacho” Del Castillo, vecino, quien la mitad de su vida la rindió a Bomberos Voluntarios de 9 de Julio, llegando a ser Comandante Jefe del Cuerpo entre los años 1984 y 1992.
Del Castillo falleció en la noche de este jueves 29, tras luchar contra una enfermedad, estaba casado con Marta Elvira Totis y padre de Elvira y Martin Del Castillo; y era abuelo de cuatro nietos.

Como corresponde en esta ocasión, el Jefe del Cuerpo de Bomberos de 9 de Julio, Néstor Márquez, dispuso una guardia de honor en la Sala 1 del Complejo de Salas Velatorias de 9 de Julio, aporto la unidad Ford 350, para trasladar el féretro desde las Salas, hasta el Cuartel y luego al Cementerio.

Sin embargo el momento más emotivo en medio del dolor fue el que vecinos, familiares de Del Castillo, Bomberos Voluntarios y miembros de Comisión Directiva vivenciaron cuan el cortejo fúnebre arribo por Av. Vedia a la sede del Cuartel. Allí un grupo de Servidores Públicos fueron dispuestos para el saludo y reconocimiento de este hombre que con sus 79 años supo ganarse el respeto y cariño de nuestra comunidad.
Luego de unos minutos en lugar, en la partida del cortejo, se pudo apreciar un caluroso aplauso de los presentes y un sonido de sirena.

«Fue un buen hombre»
Quien describió muy bien a Eduardo Del Castillo, Pedro Víctor Mafferetti, quien fuera por varios periodos presidente de la Cooperadora de Bomberos Voluntarios, inclusive en tiempos en que Del Castillo fuera Jefe del Cuerpo de Bomberos.
Mafferetti, destaco “se nos ha ido un gran hombre, no solo para el Cuartel, también para la comunidad de 9 de Julio. Y no hay mejor título para una persona que la gente y amigos expresen, fue un buen hombre”.
“Vengo a saludarlo, a despedirlo y como ex presidente a rendirle homenaje, por su capacidad en todos los aspectos”, destaco.

Víctor Mafferetti recordó que en la función, Del Castillo ejercía el principio de autoridad lealmente, para él las cosas tenían que ser justas y utilizaba cabalmente las prerrogativas de la Jefatura. Además era simpático, siempre con una sonrisa. Sus gestos eran reposados, pero recio cuando tenía que ser recio. Del Castillo es una entidad para nuestro Cuartel, apunto.
Por ultimo valoro que en momentos difícil de la institución Del Castillo siempre estuvo a mi lado, me socorrio y esto lo tengo que agradecer, indico.