Las economias regionales transcurrieron en el año con distintos vaivenes, a excepción de ganadería
Durante octubre de 2025, el Semáforo de Economías Regionales registró 6 actividades en verde, 7 en amarillo y 6 en rojo. En comparación con el mes anterior, se observaron mejoras: la actividad apícola mostró tendencias favorables y confirmó su paso de amarillo a verde.
Un nuevo informe de CONINAGRO dejó una conclusión contundente: las economías regionales del país se encuentran hoy prácticamente partidas en tres, con un reparto casi idéntico entre actividades que atraviesan un buen momento, otras que permanecen estancadas y un conjunto importante que continúa en crisis.
Las actividades en verde incluyen bovinos, porcinos, aves, ovinos, granos y este mes se suma la actividad apícola. En todos estos sectores se observó un buen componente de negocio, con precios que crecieron por encima de la inflación. Este resultado se complementó con un buen desempeño en los mercados y con indicadores productivos que acompañaron.
La actividad apícola demostró mejoras en octubre. Los precios registraron un aumento interanual del 33%, superando la inflación. Las exportaciones crecieron 32%, alcanzando los 233 millones de dólares, un dato relevante considerando que el 90% de la producción nacional se destina al mercado externo. El plano productivo acompaño, con un crecimiento del 14% en el stock de colmenas hasta llegar a los 4 millones de unidades y un incremento del 2% en la producción, que alcanzó las 75.000 toneladas anuales.
Las actividades que permanecieron en amarillo fueron forestal, maní, leche, tabaco, cítricos dulces, mandioca y peras y manzanas. Estos sectores presentaron señales mixtas: los precios no lograron acompañar la inflación, la demanda se mantuvo estable o con poca dinámica y los costos continuaron elevados. Esta combinación derivó en períodos de recuperación prolongados y en dificultades para consolidar mejoras sostenidas.
Comercio exterior de las Economías Regionales
El análisis del plano internacional permite ver con claridad cómo las economías regionales participan del comercio global y qué sectores son los que realmente impulsan la generación de divisas. Al observar el comercio exterior acumulado entre enero y octubre de 2025, aparece una estructura muy concentrada en unos pocos complejos primarios que explican la mayor parte tanto de las exportaciones como de las importaciones.
En ese período, las 19 actividades agropecuarias y economías regionales relevadas sumaron exportaciones por USD 48.420 millones, lo que significa un salto del 61% frente al promedio histórico de la última década (USD 30.042 millones). La estructura exportadora muestra una alta concentración: el 78% de los ingresos provino de los complejos granarios (soja, maíz, trigo, girasol, cebada y sorgo), mientras que el 8,5% correspondió al sector bovino. El 13,5% restante, equivalente a unos USD 6.537 millones, fue aportado por el conjunto de las demás economías regionales.
Del lado de las importaciones, el total promedió USD 2.943 millones entre enero y octubre. Nuevamente, el complejo granario marcó la cancha, explicando el 76% de las compras externas. Luego se ubicaron la actividad forestal (5,4%), el sector porcino (5%) y el algodón (3%). El 11% restante se dispersó entre otras actividades de menor peso.
¿Cómo fue el desempeño de las economías regionales durante el 2025?
Los semáforos publicados durante el año muestran que las economías regionales transitan un ciclo de alta inestabilidad, con actividades que suben y bajan de categoría de un mes a otro sin lograr consolidar tendencias. Sin embargo, mientras la ganadería (bovinos, porcinos, aves y ovinos) logró sostenerse mayormente en verde, gran parte de las producciones vegetales y agroindustriales se mantuvieron expuestas a caídas recurrentes, con sectores como arroz, papa, vino y mosto, hortalizas, mandioca, algodón y yerba mate apareciendo reiteradamente en rojo.
Este comportamiento irregular deja en evidencia que la recuperación del agro no es homogénea ni lineal, sino que los avances de algunos sectores conviven con retrocesos persistentes en otros. Incluso en los meses con más señales favorables, como agosto, los verdes no lograron compensar la magnitud de los rojos distribuidos a lo largo del año.
Nuevamente el semáforo revela economías regionales fragmentadas, donde cada actividad se mueve según sus propias condiciones, mientras algunas recuperan ritmo, otras se frenan y un número relevante continúa rezagado. La dispersión de resultados limita la capacidad del sector para generar un impulso homogéneo y dificulta la planificación a largo plazo, ya que los avances siguen siendo puntuales.
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