El futuro de las legumbres en Argentina: Desafíos y oportunidades en un mercado globalizado
El mercado de legumbres fue uno de los temas analizados en la jornada de actualización técnica de CLERA, poniendo el acento en las dificultades comerciales y la búsqueda de nuevos destinos.
La reciente Jornada de Actualización Técnica y Comercial de la Cámara de Legumbres de la República Argentina (CLERA), celebrada en Salta, convocó a más de 600 asistentes, presenciales y vía streaming, para analizar el presente y futuro de un sector clave en las economías regionales.
El evento, que se realizó en la provincia líder en producción de poroto, puso de manifiesto el creciente protagonismo de las legumbres como motor de divisas para el país.
Uno de los paneles centrales de la jornada estuvo dedicado al análisis de los mercados, coordinado por el ingeniero Adrián Poletti de Poletti y Asociados. Contó con la participación de destacados referentes del sector: Lucas Genero de Agofin, Horacio Fragola de Alicampo, Nicolás Karnoubi de Olega y Matías Macera de Desdelsur. Las discusiones se centraron en la necesidad de que Argentina se adapte a un escenario global cada vez más competitivo.
Argentina y el desafío logístico en la exportación
Lucas Genero de Agofin, analizó las desventajas logísticas que enfrenta Argentina en la exportación de legumbres, al competir con países como Egipto y Brasil. «Como origen argentino tenemos ciertas desventajas desde el punto de vista logístico. Estamos lejos de los principales centros de consumo. Eso hace que no seamos la primera opción a la hora de que los compradores quieran absorber nuestros productos», explicó Genero.
A pesar de estas dificultades, subrayó que Argentina sigue siendo un jugador importante en el mercado internacional de legumbres. «Argentina sigue siendo un factor importante dentro de lo que es el mercado internacional de legumbres, hay que entender que los países con excedentes estructurales en materia alimenticia son pocos. Creo que no son más de 10 o 12 países a nivel mundial. Con lo cual, Argentina siempre esté en el radar del comprador», dijo.
Sin embargo, aclaró que la dinámica cambió: «Lo que pasaba anteriormente es que nosotros nos quedábamos sentados esperando que ellos vengan a comprar. Básicamente teníamos un poder de precios. Hoy lo que nos está pasando es que tenemos que ir a competir porque no somos la única opción que esos mercados tienen».
Para mantener su relevancia, Argentina necesita mejorar la genética, las normas de comercialización y adaptarse a las exigencias del mercado internacional.
La competitividad del poroto blanco y la unión de la industria
Por su parte, Nicolás Karnoubi de Olega, se refirió al éxito del maní argentino a pesar de los desafíos climáticos y los bajos precios, y trazó un paralelismo con el poroto. Para recuperar la competitividad del poroto blanco, Karnoubi insistió en la necesidad de una mayor unión en la industria, mejorar la productividad y, de ser necesario, sacrificar precios para recuperar mercados perdidos. «Después de diez años que Egipto entró en el mercado, en el caso puntualmente del poroto blanco, seguimos con esa productividad con costos mucho mayores», señaló Karnoubi. Reconoció que el poroto argentino posee cualidades superiores en sabor, hidratación y cocción, pero que la realidad del mercado impone sacrificios. Ahora, eso nos va a llevar tiempo y nos va a llevar a sacrificar en precio, porque lamentablemente el pororó de Egipto penetró en determinados mercados y hoy tenemos que competir y la única manera es con precio», resaltó.
En tanto, Matías Macera de Desdelsur, coincidió con el análisis de Karnoubi, destacando la caída de productividad en la producción de poroto blanco en comparación con la exitosa cadena del maní. Allí resaltó la importancia de unir esfuerzos para mejorar la competitividad y recuperar mercados perdidos, incluso si eso implica ajustar los precios. “En poroto blanco una vez fuimos los reyes del mundo, pero hoy nos ganaron el lugar. Sin embargo, lejos de quedarnos quietos tenemos que hacer los esfuerzos para recuperar el trono”, afirmó Macera, reiterando la necesidad de sacrificar precios.
Desafíos y la urgencia de inversión en genética
Por último, Horacio Fragola de Alicampo, ofreció una perspectiva histórica, recordando que durante años Argentina fue un actor principal en la producción y venta de porotos. Sin embargo, en la última década, la creciente competencia de países como Egipto y Brasil ha complicado su posicionamiento en mercados clave. «Durante los últimos 20 o 30 años que me tocó participar en este mercado, Argentina siempre tuvo mucha presencia y mucha tranquilidad, debido a que todo el poroto que Argentina producía se vendía», rememoró Fragola.
La situación cambió drásticamente: «Lamentablemente desde hace 10 años nos salió un “grano”, que fue Egipto, que empezó a molestar, empezó a incomodar», señaló de manera metafórica.
Esta situación se agudizó con la irrupción de Brasil como competidor, incluso en mercados que antes eran exclusivos de Argentina. «Con Brasil no nos salió un grano, nos llenaron la cara de granos. Era un mercado fundamentalmente de compra de poroto negro, y ahora de golpe no te compra, sino que además compite con vos en los mercados que eran tuyos, casi exclusivos», se lamentó.
Fragola enfatizó la urgencia de invertir en mejoras genéticas para aumentar la competitividad. «Creo que toda la situación económica no le permitió a este sector invertir como para realmente mejorar la semilla de alubia para fortalecer la productividad y hacernos más competitivos. Y eso es lo que tenemos que trabajar», reaccionó
A pesar de la ardua tarea, reconoció el buen trabajo en la apertura de nuevos mercados para diferentes variedades de legumbres, aunque la irrupción de nuevos competidores y el comportamiento de China complican el panorama.
La jornada de CLERA en Salta dejó en claro que el sector de las legumbres en Argentina enfrenta un escenario global dinámico y desafiante. La clave para sostener y potenciar su relevancia radicará en la capacidad de la industria para actuar de manera unificada, invertir en mejoras tecnológicas y genéticas, y adaptar sus estrategias comerciales a las nuevas demandas y competencias del mercado internacional.
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