Considerando que el sector porcino argentino atraviesa una difícil coyuntura producto de los avatares de la economía, el Med. Vet. Jorge Brunori compartió cuáles son las oportunidades y desafíos del sector para los próximos años, y las herramientas para seguir creciendo y consolidando la cadena porcina de Argentina.
Cómo evolucionó la faena
Para reconocer una evolución del sector en estos últimos años, el especialista analizó la faena en el sector porcino y precisó que “entre el año 2000 y el 2022 creció un 200%, llegando al final del año pasado a 8 millones de animales faenados”. Para situar este dato un poco más cerca dijo que la faena en los primeros seis meses de 2022 y el primer semestre de este año arroja un crecimiento de casi el 5%, alcanzando las 4,6 millones de cabezas, y allí la primera conclusión: a pesar de las dificultades que muestra la macroeconomía y lo reducido del consumo interno, el sector sigue creciendo.
Importaciones
Desde 2008 las importaciones han mostrado picos de crecimiento y descensos abruptos, dependiendo de la realidad local. Muestra un crecimiento sensible en 2021 y una leve caída el año pasado. Hoy, el consumo local de cortes importados está en el 5,2%, una participación casi residual. De enero a julio de este año se observa un franco retroceso.
En julio 23 se importaron 1.200 toneladas, lo que implica una reducción del 56%, lo que implica un consumo local de carne importada del 3%. Dato que refleja una diferencia cambiaria atenuada por una mejora en la competitividad en la producción local.
Exportaciones
De nuevo, en estos registros el precio del dólar tiene marcada influencia. De los gráficos mostrados se desprende que en 2020 se exportaron 41.345 tns y en 2021 hubo una fuerte caída de los envíos al exterior de más de 10 mil toneladas que continuaron su descenso pronunciado en 2022 para alcanzar solo 9.500 tns de exportación de carne porcina. Pareciera ser que desde enero a julio de este año Argentina retoma, aunque de a poco, cierto ritmo exportador. En este semestre se exportaron 7,7 mil toneladas. Brunori aseveró que con un precio más ajustado del dólar y con las condiciones agroecológicas que muestra nuestra producción se puede crecer mucho en envíos al exterior.
Consumo interno
Estamos con un consumo local de casi 17 kilos de carne de cerdo por hab/año y eso explica el motor del crecimiento del sector. Mientras que el consumo de carne de novillo y carne aviar están casi estancadas, el crecimiento de los cortes de cerdo crecieron otro 5,3% el año pasado. Pero en este último semestre se encendió una luz amarilla en este crecimiento:
El consumo de carne porcina bajó en este semestre un 0,6% mientras que la carne bovina registró un ascenso del 7,4%. Es esperable que en este segundo semestre la carne de cerdo recupere la competitividad para disputar consumo.
Lo que viene y hay que atender
Brunori subraya este dato central: el 99% del consumo de carne porcina se realiza localmente, y “será allí por donde pasará el negocio porcino en los próximos años”. Por ello, asegura el especialista deberemos encontrar un equilibrio en el precio entre rentabilidad y sustentabilidad. El dólar presiona y los diferentes dólares especiales de maíz y soja atentan contra la construcción de un precio competitivo: queremos que crezca el precio del capón pero este valor se multiplica por tres o cuatro cuando llega al mostrador. Ganar pero no dejar que el sector deje de crecer sería la consigna, que se transforma en un objetivo muy desafiante para los miles de pequeños productores que tiene nuestro país.
Brunori acuña el concepto de “ir a una porcinocultura de precisión”, entendida ésta como la labor de ganar eficiencia tranqueras adentro:
-Debemos replantearnos la producción porcina en lo próximos años
-Deberemos cambiar las formas de buscar la sostenibilidad económica productiva buscando el equilibrio desde el costo de producción
-A esto lo llamamos “porcinocultura de precisión” que es diagnosticar y corregir todos los factores que nos impactan en el costo de producción y que son los que se desarrollan dentro de la granja.
-Deberemos generar proyectos de desarrollo sostenibles desde lo social, ambiental y territorial, que generen una visión de cambio de nuestra matriz productiva agropecuaria.
Ante la pregunta de si se puede seguir creciendo, Brunori es enfático: Sí, por supuesto. Tenemos el objetivo de llegar a 24/25 kilos de consumo local de carne para el final de este década y puede conseguirse. La porcinocultura promueve arraigo de las familias y desarrollo territorial, y a su vez debe asumirse como principal proteína animal, abandonando ere ropaje de “carne sustituta”. A su vez, es agregado de valor y con ello, empleo, base fundamental para el cambio de nuestra matriz productiva, cerró.