Trigo: ¿Qué puede pasar con las 500.000 ha que aún faltan sembrar?
«Solo se adelantó con la siembra en el noreste de Buenos Aires. Prácticamente, no hubo avances en el centro sur de Santa Fe y este de Córdoba por la falta de agua. El progreso de la región núcleo fue de tan solo un 8% esta semana», así lo señaló el último informe de la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario.
La limitante es que restan 10 días para el cierre de la ventana óptima de siembra sin tener que cambiar de cultivares. Lamentablemente, se confirman los pronósticos de lluvias en SE brasileño y en Entre Ríos, Misiones y Corriente y la falta de agua para la región pampeana. “La probabilidad de algún aporte pluvial sobre la región pampeana quedaría restringida a la última semana del mes”, dice Aiello. Eso significaría llegar al límite de la oportunidad de siembra para los cultivares que más se usan en la región.
¿Podría quedar la superficie de trigo en la región por debajo del millón de hectáreas?
En principio no, porque los planes de siembra en buena parte de la región siguen pendientes de las lluvias. Solo en las zonas más afectadas de Santa Fe, el NO de Buenos Aires y en el oeste de Córdoba dicen que la hora del trigo se terminó. En cañada de Gómez se da por finalizada la siembra, “salvo que ocurra una lluvia y algún productor sume algunos lotes de ciclo corto”, dicen los técnicos. En Bigand y Bombal la siembra está estancada en el 40%, y tiene pocas expectativas de sumar lotes por la falta de humedad. El este de Córdoba se paralizó en el 90% y son muy bajas las chances de seguir sembrando, también indican. En cambio, En Carlos Pellegrini y El Trébol se estancó en el 80% a la espera de una lluvia, pero sí hay ilusiones y no se resignan a sembrar lo que falta. Sí, suma cuadros el norte de Buenos Aires que sigue sembrando. En San Pedro y Colon, el agua de la cama de siembra permitirá sembrar todo lo intencionado y en estos días se largará la siembra de los ciclos cortos.
Cambio de estrategia en la fertilización: de poner todo a la siembra a dosis mínimas y retocar sobre la marcha
El año pasado se apuntaba a producir 50 a 55 qq/ha. Esto es el potencial de rinde según la tecnología aplicada; en el 2022 bajó a los 35 a 45 qq/ha. Esta diferencia le estaría restando 1,5 a 1,8 Mt de potencial por menores rindes trigueros a la región. La buena noticia es que podría revertirse, pero hace falta agua.
El cambio de estrategia en la fertilización, desdoblar la fertilización esperando a que bajen los fertilizantes, se ha encontrado con la limitante de la falta de agua. “La estrategia era gambetear el enorme costo de la urea y usar dosis base de fertilizante mínimas con potenciales correcciones sobre el transcurso del ciclo”, explican los técnicos. “El rinde potencial lo definiremos entre agosto y principios de septiembre si las condiciones climáticas y de mercado lo permiten”, resumen en La Carlota y Arias. Desde Cañada de Gómez dicen que el rinde inicial al que se apunta es menor que hace un año: 40 qq/ha vs. 50 qq/ha.
“La expectativa está en corregir las dosis de nitrógeno si los precios bajan y si las condiciones climáticas son apropiadas”. Desde el Trébol explican que puede haber una alta demanda de fertilizantes si durante julio llueve de 10 a 15 mm y si continúa la baja en los precios de los fertilizantes: “habrá muchos productores que corrijan la fertilización”.
En Bigand enfatizan que “la corrección va de la mano de las lluvias que tengan lugar más allá de los precios en los fertilizantes”. “Este año apuntamos a un rinde potencial de 35 qq/ha en los lotes con perfiles más ajustados de agua y entre 40 a 45 qq/ha en donde hay más humedad. En 2021 el rinde potencial era de 45 qq/ha”.
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