Tamberos del oeste bonaerense analizaron el asociativismo como estrategia de crecimiento y desarrollo

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La Camara de Productores de Leche del Oeste Bonaerense (CAPROLECOBA) y la Sociedad Rural de 30 de Agosto organizaron impulsaron el pasado viernes 8 del corriente,  un taller de análisis sobre un esquema de producción asociativo y  que contó con la participación de más de 50 personas. Allí los asistentes recibieron conocimiento y herramientas concretas para trabajar en sus explotaciones.

Fue el agronomo Alejandro Centeno, jefe de la Agencia INTA de extensión rural de San Francisco, quien describió la geografía y situación de los tambos en general en nuestro país, porcentajes de tambos chicos, medianos y grandes, e incidencia en la producción de cada grupo. Enumeró a su vez, los problemas más comunes que genera falta de eficiencia, sin importar la escala, y cómo ante cada crisis, es esta eficiencia la que permite la permanencia en la actividad de un importante número de empresas productivas.

Luego describió la personalidad y mirada de los productores más propensos a generar estrategias asociativas tales como la capacidad de iniciativa sin temor al cambio, estrategias en la comunicación y gestión de conflictos y la prevalencia de un lenguaje y un autoconocimiento más generativo que descriptivo, donde aparece la capacidad de auto crítica, responsabilidad y necesidad creativa de buscar nuevos caminos.  Estos caminos pueden estar dirigidos a asociaciones que complementen las fragilidades y fortalezas de unos y otros, y que pueden estar ligadas a la infraestructura, el medio ambiente y el impacto del cambio climático en las zonas productivas, etc. A su vez hizo hincapié en la calidad de la vivienda y el bienestar animal.

Según el expositor, el “tambo asociativo es una opción para el que encuentra una limitante a su crecimiento. Es un saco a medida, cada asociación es diferente. Más escala no asegura más eficiencia, pero trabajar eficientemente  lleva a más escala”, enfatizó Centeno en 30 de Agosto.

A continuación el Dr. Tomás Mosca, abogado especialista en derecho comercial, alentó a los productores a elaborar sus propias formas asociativas para que luego puedan adecuar una forma legal para respaldarla: “Existen formas asociativas legalmente reguladas,  pero cada negocio es singular y particular. A veces no hay modelos contractuales y es difícil replicarlo. Si no hay un modelo, se crea. En derecho comercial  el primer creador es el empresario, la acción precede a la regulación”. Una de las figuras mencionadas como posible marco para una asociación es la de Agrupación en colaboración, una ley que es enunciativa y que brinda la libertad para hacer el contrato a medida de cada situación y permite no limitarse otras normas que pueden solo ser útiles como referencia.  La Agrupación en colaboración no genera una personaría jurídica pero establece el marco para reglarla, no precisa capital social, y establece el modo de operación.

Algunos casos concretos:

Luego de 40 años de producir leche junto a su hermano, se dividió la sociedad que tenían y él se quedó con las vacas. En ese momento su vecino estaba instalando un tambo, y se asociaron. Jorge Silvestre y José Felipe fueron  creciendo de a poco, comprando herramientas y agrandándose. Hoy además emplean a dos de los hijos de uno de ellos. Al principio esa asociación de productores funcionó como una sociedad de hecho, arrancaron con 80 vacas y hoy tienen 220 en ordeñe.  A la hora de responder cuál es el secreto de una relación comercial sana a lo largo del tiempo responden que la confianza es fundamental.  Confiesan que no han hecho inversiones a largo plazo, asegurándose que las que emprendían, siempre pudieran cubrirlas a término. Su receta fue crecer despacio.  Tienen lotes alquilados, y están  intentando producir sus insumos.  Hoy ordeñan entre  5500 y 6000 litros diarios.

Otro es el caso de Alejandro Gigena, productor de la zona de 30 de Agosto, quien compartió su mirada basado en su propia experiencia asociativa: “Hay tiempos para vivir la debilidad y tiempos probar la fortaleza”. Gigena animó a los presentes a buscar estratégicamente asociaciones para el crecimiento a largo plazo, y no solo a la hora de sortear las dificultades climáticas. Alentó a darle a los más jóvenes el espacio que necesitan para poder comenzar y con ellos los adultos, poder continuar. Aseguró que asociarse lo ha ayudado a aumentar su  autoestima, superando cada obstáculo.  Hay que aprender a crecer, aseguró, y el asosciativismo es una condición para ello. “Es un acto de confianza con un marco legal”. Y a su vez, invitó a que los productores establezcan cada vez más estrategias en conjunto,  pensando en grande, donde todos estén contemplados.

El encuentro culminó con una puesta en común de los trabajos grupales donde se expusieron las principales trabas que los productores encuentran a la hora de asociarse, y con el propósito final de continuar un trabajo de seguimiento con aquellos que quisieran emprender alguna estrategia asociativa.

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