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La República perdida

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Ante los recientes hechos que se sucedieron en nuestro Distrito que son de dominio público, sobre impedir la candidatura a Intendente Municipal de Manuel Criado, quiero expresar mi solidaridad con él, los integrantes de su lista y sus seguidores, porque, más allá de las diferencias políticas que nos separan, la gran preocupación de los nuevejulienses debe ser el grave deterioro de las garantías democráticas y constitucionales.

Se trata de un hecho de proscripción política lisa y llana, arrancado mediante negociados de los altos mandos de la política local, llevado adelante para ser el único competidor de la derecha doméstica en estas PASO, connivencia de algunos influyentes que deciden quién tiene que ser el candidato, sin atender el daño que causan.

Designar candidato en las listas a dedo, impedir participar candidatos que les hagan “sombra”, intervenir en las internas de otros partidos promocionando con dinero y desde la oscuridad a un candidato para debilitar otro, hacer y deshacer sin limitaciones legales, entre otros desarreglos, es el modo de erosionar la república. ¿De qué sirve defender la república si para alcanzarla se recurre a tales patrañas?

Estos medios, a los que recurren éstos políticos, contrastan con los presuntos fines que cada fuerza reivindica para sí. Con espectáculos como el de estos días, se hace difícil no pensar que todos los políticos son iguales y que, en realidad, y más allá de lo que digan, su meta es llegar para satisfacer sus intereses particulares.

Pero no quiere decir que todos sean lo mismo, porque en la vida hay buenos y malos políticos como hay buenos y malos abogados, buenos o malos contadores. Cuando alguien con poder proclama superioridad moral, estemos atentos que por debajo están cometiendo éste tipo de actos impúdicos.

Para los que postulan la república como bandera, esto fue un duro golpe. Lo que criticaban en otro, hoy lo están sufriendo en carne propia. La representación partidaria de intereses cedieron a los objetivos personales de los líderes y a las conveniencias de los espacios que encabezan.

Se armaron las listas, pero se desarmaron las instituciones, si por ellas se entiende a la legislación electoral. Hoy habrá que votar en unos comicios desnaturalizados. La democracia se debilita, pero el espectáculo debe continuar.

EDUARDO CERDEIRA

DNI. 17.100.840

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