Investigadores de INTA trabajan en la producción de un biofertilizante a partir de un efluente de una granja avicola

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La empresa Ovobrand, ubicada en Coronel Brandsen —Buenos Aires— es pionera en la producción de huevos y ovoproductos. Con una visión sostenible, la empresa apostó a la implementación de una planta de biogás para gestionar los grandes volúmenes de estiércol generados diariamente. Desde su creación en 2008, trabaja en el desarrollo de un modelo productivo integrado, transformando proteína vegetal (granos) en proteína animal (huevo) con un alto estándar de calidad y eficiencia. 

Hace unos años, la empresa solicitó la asistencia técnica del grupo del Laboratorio de Transformación de Residuos del INTA para evaluar el efluente resultante de la planta de biogás y considerar su potencial como biofertilizante. “Nuestro objetivo fue determinar si cumple con los criterios de aplicación agronómica y elaborar un plan de manejo eficiente y ambientalmente sustentable”, explicó Patricia Bres, investigadora del Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola (IMyZA) del Centro de Investigación en Ciencias Veterinarias y Agronómicas (CICVyA) del INTA.

A partir de estudios realizados con muestras obtenidas a escala piloto, se identificaron tanto los beneficios como las posibles limitaciones del uso del digerido como fertilizante. “Esto permitió optimizar su manejo, incluyendo ajustes en el sistema de postratamiento y el desarrollo de un plan agronómico adecuado a sus características”, detalló Bres. Para evaluar su eficiencia, el grupo del Laboratorio de Transformación de Residuos del INTA llevó a cabo ensayos agronómicos en parcelas dentro del propio predio de Ovobrand.

Desde hace dos años, Ovobrand mantiene un convenio con el INTA en el marco del cual se concretó esta colaboración. Patricio Gil, gerente técnico de la empresa, destacó la importancia de la caracterización del digerido. “Analizamos su calidad y propiedades físicas, químicas y biológicas para establecer indicadores y un sistema de monitoreo que nos permita aplicarlo de manera eficiente en distintos cultivos”, señaló.

Mientras la planta de biogás estaba en construcción, se adelantaron ensayos a campo con el fertilizante. “El estudio realizado por el laboratorio de Transformación de Residuos del INTA fue clave para poder escalar la producción”, afirmó Gil. Con la fábrica ya en funcionamiento y produciendo tanto gas como fertilizantes, el siguiente paso es intensificar los ensayos en distintos cultivos para perfeccionar el monitoreo y optimizar las dosis de aplicación según las condiciones del suelo y el clima.

Por su parte, Víctor Barbagallo, gerente de la planta de biogás, comentó: “Se realizó un análisis de equipos aspersores para el fertilizante líquido y se optó en lotes cercamos por los pivotes giratorios con boquillas inatacables y lotes más lejos por acoplados regadores con ruedas de alta flotación con tecnología de última generación”.

“El INTA desarrolló un plan agronómico detallado que nos permite definir lote por lote la dosis adecuada de biofertilizante”, explicó Gil. Este plan tiene en cuenta variables como el análisis de suelo, el tipo de cultivo, las precipitaciones y la temperatura. “Nos brindan fórmulas precisas para determinar la cantidad óptima de digerido en función de las características de cada lote”, agregó. 

Este trabajo conjunto evidencia las ventajas de la cooperación público-privada en el desarrollo de soluciones innovadoras y sostenibles. A futuro, el desafío es seguir mejorando la valorización del digerido. “Queremos agregar valor tanto al sólido, a través del peletizado, como al líquido, mediante un proceso de stripping de nitrógeno para obtener productos comercializables como sulfato o nitrato de amonio”, anticipó Gil. 

El proyecto entre el INTA y Ovobrand refuerza el compromiso con una producción agropecuaria más sostenible, basada en el aprovechamiento eficiente de los recursos y la reducción del impacto ambiental. La incorporación del biofertilizante a la estrategia productiva de la empresa representa un paso clave hacia un modelo circular que transforma los residuos en insumos de alto valor para la agricultura.

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