El Gobierno comunicó los detalles del nuevo sistema de identificación electrónica para el ganado

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El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) oficializó la obligatoriedad del uso de identificación electrónica individual para todos los bovinos a partir del 1° de enero de 2026. Esta herramienta permitirá conocer con precisión el historial de cada animal, desde su nacimiento hasta su destino final.

La medida fue formalizada mediante una extensa resolución que actualiza el Sistema Nacional de Identificación Electrónica de Animales, que «funcionará en el ámbito de la Dirección Nacional de Sanidad Animal del citado Servicio Nacional», según lo establece el Artículo 1° del documento.

Una trazabilidad completa desde el destete

Según el Artículo 2°, los productores deberán implementar esta tecnología «de forma obligatoria […] a partir del 1 de enero de 2026, momento desde el cual los productores ganaderos deben identificar todos los terneros/as al destete o en forma previa al primer movimiento». Hasta entonces, el uso del sistema seguirá siendo voluntario para bovinos, bubalinos y cérvidos.

Además, la resolución contempla la posibilidad de aplicar esta exigencia en otras especies en situaciones específicas: «en caso de emergencias sanitarias, el SENASA podrá exigir que, para aquellas especies en las cuales la identificación electrónica es voluntaria, se utilicen obligatoriamente los dispositivos oficiales», agrega el Artículo 2°, inciso c).

Cómo será el sistema

Los productores deberán adquirir los dispositivos exclusivamente a través de proveedores oficiales: «Los productores deben adquirir los dispositivos oficiales de identificación individual electrónica animal a través de los Proveedores de Dispositivos Oficiales de Identificación Animal debidamente inscriptos», indica el Artículo 3°.

Existen tres formas de dispositivos RFID (Identificación por Radiofrecuencia): caravanas plásticas, bolos ruminales o transpondedores inyectables. El Artículo 6° aclara que se trata de «todo dispositivo comprendido por un transpondedor de radiofrecuencia […] que contiene un número único e irrepetible que se corresponde con un código nacional».

La tecnología empleada deberá cumplir con exigentes estándares técnicos y de calidad, entre ellos:

Transmisión pasiva FDX-B o HDX,

Lectura mínima de 25 cm con lectores portátiles y de 80 cm con fijos,

Lectura a velocidad de desplazamiento de hasta 6 km/h,

Capacidad de operar en rangos de temperatura de 0° a 70°C, según especifica el Artículo 8°.

Colores para cada situación

Un dato no menor es la codificación por color de las caravanas, que permite distinguir el estatus sanitario o la procedencia de los animales. Por ejemplo:

Blanco para bovinos de zonas bajo vacunación contra fiebre aftosa,

Verde para los de zonas libres sin vacunación,

Rojo para animales importados,

Rosa para porcinos,

LILA: caprinos y camélidos sudamericanos

Y un esquema rotativo para ovinos, según el año de nacimiento, como se detalla en el Artículo 9°.

Lectura, carga y control

La lectura del chip podrá ser realizada por el productor o por un tercero, y deberá ser registrada ante el Senasa: «Los productores deben realizar la lectura de los dispositivos en los establecimientos agropecuarios […] e informar al SENASA, en forma previa o posterior a cualquier movimiento de los animales», dispone el Artículo 5°.

Asimismo, los dispositivos deberán cumplir con dimensiones, pesos y marcaciones específicas, como la inscripción del año de fabricación, el nombre del fabricante, y los códigos identificatorios visibles, según los Artículos 10 y 11.

Hacia una ganadería más transparente y moderna

Según detalla la Resolución, esta iniciativa refuerza la trazabilidad, mejora los controles sanitarios y fortalece la posición de la carne y los productos animales argentinos en los mercados internacionales. También permite actuar con mayor eficacia ante brotes sanitarios o irregularidades comerciales.

De esta manera, Argentina se suma a los países que han adoptado sistemas de identificación electrónica individual como parte de una estrategia nacional de sanidad animal, eficiencia productiva y acceso a mercados.

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