Cómo hablarle a los consumidores sub 36, el nuevo gran reto de la cadena de la carne

Mientras crece la tendencia por dejar de consumir carne, el IPCVA creó los "Puntos de Encuentro", una cita para dialogar con los jóvenes sobre los temas que les preocupan en relación a la ganadería. Datos, estadísticas y ciencia para matar el "relato en contra".

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En el mundo de hoy, el 60% de la población trabajadora está conformada por ciudadanos sub 36, es decir millenials y centenials que producen, generan dinero y consumen. Ni más ni menos que el público objetivo de toda marca y empresa que quiere vender algo. Además, se ha convertido en la franja etaria más expuesta y más permeable a las nuevas tendencias de consumo, en especial lo que refiere a la salud, al cuidado del cuerpo, o del medio ambiente, entre otros ejes de preocupación.

En este derrotero y con la premisa de la «alimentación saludable», se aprecian cambios drásticos en la forma de alimentarse de muchos jóvenes que dejan de comer carne como una postura más radical en relación al bienestar animal o al cuidado del ambiente. Y en este camino, incluso algunos alimentos hasta llegan a “demonizarse”.

Calidad y sustentabilidad, los ejes de la promoción de la carne argentina en París

A la carne bovina, producto emblemático para el consumo y la actividad económica nacional, le toca también enfrentar esta marea de cambios de pautas de consumo.

Argentina es de los omnívoros

«El consumo de alimentos hoy es totalmente diferente al de las generaciones anteriores», explicó a PERFIL la Lic Eugenia Brusca que trabaja en el Departamento de Promoción Interna del IPCVA y fue una de las oradoras en el último Punto de Encuentro en Córdoba. Y explicó que, a grandes rasgos, cuando hablamos de tendencias en la alimentación, se segmenta a la población entre: omnívoros: consumen cualquier tipo de alimentos,

flexitarianos que declaran consumir menos cantidad de proteína cárnica y la primera que comienzan por reducir es la carne vacuna; vegetarianos que no consumen ningún tipo de proteína cárnica y, veganos.

El Instituto realiza periódicamente una encuesta con 1100 casos en todo el país donde analiza cuestiones ligadas al consumo. Entre los datos más frescos, Brusca explicó a Perfil que «el 64% de la población de Argentina declara ser omnívoro tradicional. Los veganos 2%  y vegetarianos un 5%, y el resto, entre 24 y 22%, fluctuando según el mes, aparecen los flexitarianos».

Adiós a la media res: qué cambia en la forma de vender la carne

La luz de alarma para Brusca aparece cuando la mirada se centra en los consumidores más jóvenes. «El segmento de extremo (el vegetariano y vegano) tiende a crecer aproximadamente 2 puntos, es decir que de 7 se pasa a 9% entre los más jóvenes. Y la gran diferencia está en los vegetarianos que actúan como un puente hacia el veganismo. Y aquí también situamos a los flexitarianos», indicó.

En este nuevo esquema, la Lic en Economía aseguró que donde más consumidores pierde la cadena de ganados y carnes es justamente en este nuevo segmento de los «flexi». «Esto se intensifica si son mujeres»; agregó.

Desde el IPCVA están cada vez más convencidos de que estas formas de consumir no son una «moda», sino nuevos hábitos de consumo y lo que más les preocupa es que se trata de los jóvenes. «Esto nos hace pensar que, si mantienen sus hábitos actuales, cuando sean padres es de esperar que no sumen la carne a la dieta de sus hijos», comentó. Situación que los lleva a avanzar en estos nuevos «diálogos» con los millennials y centennials.

5 puntos de encuentro en un año

El Instituto de Promoción de la Carne del Vacuna (IPCVA) tomó la firme decisión hace un año, de sumar a los jóvenes a una charla “intergeneracional” con el convencimiento de que la cadena de ganados y carnes es parte de la solución y no del problema. Esta premisa se apoya en el hecho de que el agro es el único sector que además de emitir Gases de Efecto Invernadero puede capturarlos, ya sea con prácticas a campo como el pastoreo regenerativo, o bien a través de la siembra directa que posibilita el secuestro de carbono. Y en la Argentina, casi la totalidad de los cultivos agrícolas se hacen bajo esta práctica de implantación.

“El objetivo es combinar la experiencia de la edad con el empuje de la juventud”, repiten los consejeros del IPCVA y explican como se gestaron estos “Puntos de Encuentro”, 4 de los cuales se realizaron a lo largo del año en distintos lugares del país y el broche fue este martes 8, en el auditorio de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Córdoba.

Con una fuerte presencia de jóvenes cordobeses, se habló de nutrición, de sustentabilidad, de nuevas tecnologías y de la necesidad de encontrar un lenguaje claro, emotivo, que llegue a más personas. «Hablarle a quien no entiende de ganadería, para que conozcan el proceso, la forma en que se trabaja en los distintos establecimientos» repitieron como un mantra distintos invitados al punto de encuentro. Tal vez las palabras de Ulises Forte, ex presidente del IPCVA sean las que mejor traducen el espíritu del sector. “La ganadería es más que un negocio. Es pertenencia, es arraigo, es participación. Es una pasión, no la pierdan”, les dijo a los jóvenes presentes

Y para despedirse, apeló a la emoción con un breve relato humorístico:

«Dicen que tres amigos de un pueblo mueren en un accidente de autos, y camino al más allá, se ponen a conversar. Había un abogado, un médico y un productor ganadero. En una de esas le preguntan al abogado…

– Che, si volvieras a nacer, ¿serías abogado?

– Ni loco! – dice – Hacés juicio, ganás y ni te pagan…

Después le preguntan al médico y este contesta:

– No.. médico, de ninguna manera! Te despiertan a cualquier hora por cualquier cosa…

y finalmente le preguntan al ganadero …

– y vos.. ¿ qué harías?

– Yo compraría vacas… porque seguro ¡en algún momento van a valer!

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