La Honorable Convención Nacional de la Unión Cívica Radical definió, en la madrugada del pasado domingo, la estrategia electoral para las próximas elecciones presidenciales, depositando en el Presidente del Partido y Senador Nacional, Ernesto Sanz, la responsabilidad de ser quien la lleve adelante, siendo el candidato a presidente de la nación por la UCR.

Los radicales tenemos el enorme desafío de convertir a Ernesto Sanz en el candidato a presidente de toda la oposición a actual modelo, que lleva 12 años en el gobierno nacional. Y para ello, la fórmula radical se debe imponer en las PASO, frente a los candidatos del PRO, Mauricio Macri, y de la Coalición Cívica, Elisa Carrió.
La Convención Nacional no entregó el partido, ni firmó el certificado de defunción, como nos quieren hace creer algunos dirigentes. Todo lo contrario, lo dejó a dos pasos de ser gobierno: el primero será en agosto, donde el partido estará representado por una fórmula radical, y el radicalismo demostrará su territorialidad, historia y seremos sus militantes, adherentes y simpatizantes, junto a los independientes, quienes llevaremos a Ernesto Sanz a la victoria en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias.

El segundo y definitivo paso será en octubre, en las elecciones generales, donde el radicalismo encabezará la fuerza opositora que derrotará al Frente Para la Victoria, en cualquiera de sus dos variantes: Daniel Scioli o Sergio Massa.
Los Convencionales Nacionales no se equivocaron, no claudicaron las banderas partidarias, no entregaron el partido, todo lo contrario, lo dejaron en el camino del triunfo, y con el mejor candidato.
La otra alternativa propuesta en la convención, encabezada por Julio Cobos, era acordar con el Frente Renovador o lo que sería lo mismo, con el Kirchnerismo. No nos olvidemos que Sergio Massa fue Ministro del Interior de Cristina Fernández de Kirchner, casualmente en el mismo momento que Julio Cobos era vicepresidente.
Esa experiencia, la de compartir una fórmula presidencial con el Frente para la Victoria, no fue entregar las banderas del partido, ni los principios, entonces de debía repetir en las próximas elecciones. En lugar de Cristina Fernández de Kirchner – Julio Cobos, como en el 2007, ahora debía ser Sergio Massa – Julio Cobos, eso estaba bien, se respetaban los principios y las banderas. Pero una fórmula compuesta por dos radicales, enfrentando a una integrada por dos integrantes del PRO y otra formada por dos de la Coalición Cívica, si es entregar las banderas, los principios y el partido? Me parece que están faltando a la verdad o ya no le da cara para seguir cambiando de referente para mantenerse en los puestos que ocupan.

Son los mismos que pegaron el faltazo a la Honorable Convención Provincial, el pasado 7 de marzo en Arrecifes. Sería bueno que le explicaron a los afiliados porque no fueron a exponer sus razones y argumento, más allá su camaleonismo mercenario de algunos, que hoy son “Ricardistas” de la primera hora pero que no pegaron un afiche ni colgaron un pasacalle cuando Ricardo Alfonsín fue candidato a gobernador hace una década, porque no representaba a su sector interno (de ese momento). Esos ahora, son algunos de los que se rasgan las vestiduras por la decisión democrática de la Convención Nacional.

La realidad es que, cuando los verdaderos simpatizantes, adherentes, militantes ingrese al cuarto oscuro en las PASO, van a encontrar a los candidatos radicales, con Ernesto Sanz y otro correligionario acompañándolo como candidatos a Presidente y vice respectivamente, y ese será el momento de mostrar que la Unión Cívica Radical está viva, de pie y dispuesta a ser quien encabece la alternativa opositora que terminará con la década desperdiciada.
Los radicales tenemos la oportunidad de sentar en el sillón de Rivadavía a un estadista. Y que esto ocurra depende de los que llevamos en la sangre los ideales y principios de la Unión Cívica Radical.
Vamos con Sanz, para ganar

Guillermo Rocca
DNI 24.742.309