Luego de que distintas instancias del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) cuestionaran que no se les haya dado participación en la elaboración de un proyecto de ley que prevé la cesión de tierras de ese organismo nacional al gobierno de Salta para que lleve adelante un plan de urbanización, el tratamiento de la iniciativa quedó en suspenso, en principio, para posibilitar que se dé ese diálogo.

En parte, eso ocurrió el pasado 28 de junio, cuando el director de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA en el municipio de Cerrillos, Bruno Baldi, y el director del Centro Regional Salta Jujuy de ese organismo, José Minetti, se reunieron con el ministro de Infraestructura de Salta, Sergio Camacho.

Sin embargo, todo indica que no hubo mayores avances y el proyecto del gobierno de Gustavo Sáenz de usar parte de las tierras del INTA para loteos en el marco del Plan Mi Lote quedó prácticamente en un punto muerto.

Trascendió que en ese encuentro Camacho se mostró molesto; para explicar por qué el gobierno salteño no había hablado con la conducción del INTA, dijo que prefirió tratar con el organismo que tiene la facultad de decidir sobre las propiedades del Estado nacional, la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE).

Camacho también reiteró lo que viene diciendo en declaraciones públicas desde que el proyecto de ley comenzó a ser más difundido en los medios de comunicación: que el gobierno provincial no impulsa una cesión de tierras del INTA a su favor, sino una permuta de propiedades del Estado nacional por otras del Estado provincial ubicadas en el paraje El Ceibal, en la localidad de El Galpón.

Sin embargo, el proyecto de ley, que presentó el diputado nacional por Buenos Aires, Carlos Selva, no habla de un trueque: “Transfiérase a título gratuito a la Provincia de Salta, el dominio de un inmueble propiedad del Estado Nacional –Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria- ubicado en el Departamento Cerrillos, matrícula dominial 6968, de superficie 596 hectáreas”, dice el artículo primero de la iniciativa que tiene estado parlamentario desde el 17 de febrero último.

El proyecto del gobierno en las tierras del INTA Cerrillos.

Precisamente, el proyecto había sido incluido para ser tratado en la reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados nacional del 17 de junio, pero su tratamiento quedó en suspenso luego de que el presidente de esta Comisión, el diputado nacional Carlos Heller, recibiera llamados de autoridades del INTA y del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca señalando que ni siquiera se les había consultado sobre la pretensión de disponer de estas tierras. Se informó entonces que se iba a abrir un espacio de diálogo.

El propio autor del proyecto indicó en declaraciones públicas que la suspensión del trámite parlamentario se hacía para posibilitar que el gobierno de Salta hablara con las autoridades locales del INTA.

Selva dijo que presentó la iniciativa por pedido del gobernador de Salta, en procura de dar respuestas al déficit habitacional de la provincia. Sin embargo, reconoció que faltó conversar con la institución directamente involucrada: «pareciera que hubiera faltado un acuerdo mucho más profundo con el INTA precisamente y en ese sentido el gobernador está comprometido a plantear nuevamente reuniones», dijo.

Según se indica en el proyecto de Selva, el gobierno de Salta prevé realizar dos urbanizaciones en 147 hectáreas del INTA y entregar 2895 terrenos. Pero el proyecto de cesión es por 596 hectáreas, casi la mitad del total de 1105 hectáreas que tiene hoy la EEA Salta: esas tierras están comprendidas en dos catastros, la matrícula 6968, de 562 hectáreas en dos áreas (de 40 y 522 hectáreas), y la matrícula 6966, de 543 hectáreas. El proyecto afecta a dos fracciones del primer catastro, la Fracción A, de 41 hectáreas, y la Fracción B, de 106 hectáreas.

Tierras no ociosas

El ministro Camacho convocó a los directores del INTA Cerrillos y del Centro Regional varios días después de la suspensión del trámite parlamentario. Por lo que trascendió, en el encuentro hubo poco de diálogo y mucho de tensión. Incluso el funcionario provincial llegó a decir que las autoridades del INTA habían quitado los sueños de personas que necesitan acceder a sus viviendas. «Este proyecto cayó», les dijo en ese marco. Minetti y Baldi le recriminaron la falta de consulta.

«Todo fue desprolijo como lo manejaron», dijo Baldi a Salta/12. Concedió que quizás deba darse una nueva discusión sobre el uso de las tierras del INTA, pero destacó que debería mantenerse el fin del organismo, de investigación y ciencia aplicada a la ruralidad. «No creemos que la mejor idea urbanizar las tierras del INTA; sí creemos que hay que rediscutirlas y hay que repensar en cómo se puede dar un mejor uso a esas tierras para cuestiones ambientales, para ciencia, para técnica, cómo se pueden integrar otras instituciones, otras organizaciones y actores», sostuvo.

Camacho ya conocía del INTA y de organizaciones de la sociedad civil vinculadas a este organismo: las tierras no son negociables, como sostuvo el Consejo de Centro Regional Salta Jujuy del INTA, en el que participan representantes de los diferentes sectores involucrados en la actividad agropecuaria de la región.

El 15 de junio este Consejo elevó una nota a la presidenta del Consejo Directivo del INTA, Susana Mirassou, pidiendo que «gestionen y arbitren todos los medios posibles para evitar la pérdida de esas tierras que sirven al progreso en la provincia, la región y el país».

El 16 de junio el Consejo mandó una nota similar a Camacho, y “por su intermedio al señor gobernador de la provincia de Salta”. Les solicitó que «tengan a bien reconsiderar el pedido de esas tierras agrícolas del INTA”.

Ambas notas comparten apreciaciones sobre el proyecto impulsado por el gobierno provincial. «Nuestra posición es que las tierras del INTA deben seguir cumpliendo las funciones que le fueran otorgadas desde su creación por el Estado Nacional, para fines científicos y tecnológicos agropecuarios», es decir que su uso «es para desarrollar actividades estratégicas de investigación, extensión rural y desarrollo del sistema agropecuario, agroalimentario y agroindustrial de Salta», afirman.

Añaden que «No existen tierras ociosas o inutilizadas en el INTA Salta y todas están ocupadas», ya que «constituyen un ecosistema de innovación en el corazón del Valle de Lerma, produciendo conocimientos e innovaciones tecnológicas para el sector agropecuario y sociedad en su conjunto». Y señaló que hay convenios de cooperación y vinculación tecnológica con la Universidad Nacional de Salta, la Universidad Católica de Salta y la Asociación Cooperadora del INTA Salta, «entre otros actores públicos y privados», mediante los que «se implementan acciones conjuntas de índole científico, académico y demostrativo, en pos del desarrollo agropecuario sustentable de la región».

Fuente: Pagina 12