Presentan una variedad inédita de soja que resiste a la roya asiática
Desde hace 20 años, el INTA junto con el Centro Internacional de Investigación de Ciencias Agrícolas de Japón (JIRCAS, por sus siglas en inglés) trabajan el mejoramiento de variedades. En este marco, presentaron una variedad inédita de soja que resiste a la roya asiática, una enfermedad grave del cultivo que acelera la defoliación, reduce su rendimiento y provoca pérdidas de hasta el 80 % de la productividad. Doncella INTA-JIRCAS es una innovación que contribuye a fortalecer la industria nacional de semillas, la diversidad biológica y la oferta de germoplasma.
En este sentido, Adrián De Lucia –especialista en mejoramiento genético del INTA Cerro Azul, Misiones– destacó que “el material genético desarrollado será de gran utilidad para el suministro estable de soja y el incremento de la producción en Argentina y América del Sur, gracias a la disminución de pérdidas de producción debido a las enfermedades”.
Y agregó: “Esta innovación contribuirá a fortalecer la industria nacional de semillas para consolidar la seguridad alimentaria, el sostenimiento de la diversidad biológica en los cultivos y la diversificación de la oferta de germoplasma. Además, posibilitará nuevos aportes al conocimiento mediante el acceso a germoplasma mejorado como base para el desarrollo del sistema científico-tecnológico”.
Con un rendimiento promedio de 3.000 kilogramos por hectárea y un potencial de 3.900 kilos por hectáreas, Doncella INTA-JIRCAS posee alta calidad proteica, alrededor del 42 %. La nueva variedad fue recientemente inscripta en el Registro de Cultivares del INASE y, en la actualidad, se encuentra en la etapa de lanzamiento oficial. “Estamos en la búsqueda de oferentes para el licenciamiento”, expresó el investigador del INTA.
Doncella INTA-JIRCAS es un material no transgénico, del Grupo de madurez V indeterminado, hilo amarillo y grano grande, de buen potencial de rendimiento y elevado porcentaje de proteína. Asimismo, De Lucia explicó que “es altamente resistente a roya asiática de la soja –Phakopsora pachyrizhi– con tres genes Rpps introgresados. Resistente a las razas 1, 3 y 17 de Phythophthora sojae y es moderadamente resistente a cancro del tallo –Diaporthe Phaseolorum Sp. Merid–, enfermedades que afectan al cultivo”.
La roya asiática de la soja –RAS– es una enfermedad grave del cultivo de soja que acelera la defoliación y reduce su rendimiento. Es causada por el hongo biotrófico Phakopsora pachyrizhi, un patógeno que se reproduce por uredinosporas que se diseminan por el viento a grandes distancias reinfectando lotes cercanos.
La RAS produce lesiones cloróticas y necróticas en las áreas infectadas, disminuye la capacidad fotosintética de la planta y reduce drásticamente su rendimiento, causando pérdidas de hasta el 80 % de la productividad.
En la Argentina, el NEA, el NOA y el Litoral son las regiones más afectadas por la RAS; mientras que, en Brasil, se reportaron pérdidas económicas estimadas en U$S 738 millones por año, a causa de esta enfermedad.
Como resultado de la articulación internacional, la institución japonesa aporta recursos y experiencia en el desarrollo de líneas puras de soja con genes apilados de resistencia a enfermedades, que luego son introducidos en variedades del INTA, quien, a vez, aporta los ejemplares receptores de esos genes y, además, cuenta con un programa de mejoramiento genético para contribuir en el desarrollo de nuevas variedades resistentes.
Biotecnología aplicada al mejoramiento genético
Para la obtención de este material genético, su utilizó el método de selección asistida por marcadores moleculares, mediante cruzamientos controlados entre el material recurrente INTA ALIM 5.09 (de interés agronómico) y la línea No6-12F3-1 donadora de 3 genes apilados de resistencia a roya asiática (Rpp2, Rpp4 y Rpp5) desarrollada por el Dr. Naoki Yamanaka en los laboratorios de JIRCAS.
“Para la introgresión de los genes de resistencia se realizaron cruzamientos simples controlados entre los parentales”, explicó De Lucia y agregó: “Luego, con la obtención de la generación F1, se utilizó el método de retrocruzamiento, empleando el parental INTA ALIM 5.09 hasta alcanzar las 5 retrocruzas (BC5F1); dicho parental fue desarrollado por investigadores del INTA Marcos Juárez –Córdoba– y se destaca por ser una variedad con calidad superior para la elaboración de alimentos, dado el tamaño del grano, el alto contenido proteico y de azúcares, hilo amarillo y reducida actividad de enzimas lipoxigenasas responsables del olor y sabor desagradable”, detalló el investigador.
Además, De Lucia explicó que “en cada generación, se seleccionaron los individuos portadores de los tres genes de resistencia, mediante marcadores moleculares del tipo SSR específicos, trabajo realizado por Monica Heck en el laboratorio de Biotecnología de la Estación Experimental del INTA Cerro Azul”.
“El método de retrocruzamientos utilizado permite obtener nuevas variedades que mantienen más del 99 % de las características genéticas del parental recurrente, con la incorporación de las nuevas variantes genéticas de interés”, puntualizó el investigador.
20 años de cooperación científica
A comienzos de 2003, se firma el convenio marco de Cooperación Científica entre el INTA y el JIRCAS, cuya vinculación continua hasta el día de hoy. La articulación con organismos internaciones contribuye a potenciar la política de inserción institucional a nivel mundial. Esta alianza estratégica permite el posicionamiento en la vanguardia tecnológica.
JIRCAS propone un constante trabajo de articulación y colaboración científica entre los países sudamericanos participantes de su programa de investigación denominado Resilient crops: “Development of resilient crops and production technologies”.
Además del INTA, JIRCAS posee convenios similares con instituciones de la región como EMBRAPA (Brasil), INIFAP (México), IPTA-CICM e INBIO (Paraguay) y el INIA (Uruguay), así también, con la Fundación Nikkei CETAPAR (Paraguay) y la UNNOBA (Argentina).
Adrían De Lucia afirmó que “este convenio se transforma en un espacio de vinculación interdisciplinaria constante para el abordaje científico de problemáticas relacionadas a enfermedades que afectan a las principales regiones productoras de soja”.
Con el objetivo de generar conocimientos acerca de cuestiones epidemiológicas, fitopatológicas, respuestas al control químico de enfermedades y el desarrollo de variedades resistentes adaptadas a cada región, “esta articulación se fundamenta en el intercambio de conocimientos, experiencias, información, material genético e insumos y se corona anualmente con un encuentro de investigadores en la “Proyect Annual Meeting on evaluation for soybean rust resistance”, que se realiza en sedes rotativas año tras año”, concluyó De Lucia.
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