Importación de maquinaria agrícola usada: La CAFMA advierte los riesgos que implica su ejecución

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Desde la Cámara Argentina Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA), expresamos nuestra profunda preocupación y advertimos sobre los riesgos que implica la entrada en vigencia del Decreto 273/25, que elimina el Certificado de Importación de Bienes Usados (CIBU).
Para comprender el alcance de esta medida, es necesario recordar el origen y los objetivos del CIBU. Este certificado fue creado mediante la Resolución 909/1994 del Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos, en el marco de un proceso de desregulación y apertura de la economía argentina.

Lejos de constituir una barrera al comercio exterior, el CIBU surgió como una herramienta necesaria para acompañar una apertura económica ordenada, basada en reglas claras y transparentes que evitaran distorsiones en los mercados y desarrollaran la producción nacional.
Hoy, 30 años después, la eliminación del CIBU conlleva una serie de riesgos que queremos poner en conocimiento de las autoridades competentes.

En primer lugar, el ingreso irrestricto de maquinaria agrícola usada representa una amenaza directa para la cadena de valor industrial nacional y el entramado productivo federal. La ruptura de las dinámicas comerciales genera un riesgo para el crecimiento y la continuidad de la generación de puestos de trabajo y oportunidades de desarrollo personal.

En segundo lugar, es central destacar el riesgo fitosanitario de incorporar plagas exógenas con impacto directo sobre la producción agrícola, principal sostén de la macroeconomía nacional. Esta posibilidad se evidencia con la aparición de la «chicharrita» del maíz durante la campaña 2023/24, que provocó pérdidas estimadas en U$S 2.045 millones en el mercado interno y más de U$S 1.600 millones en exportaciones.

Por otro lado, al no solicitar mayor documentación que una declaración jurada del producto a ingresar, la ausencia de controles adecuados impide la correcta verificación de la condición y uso real de la maquinaria importada, dificultando distinguir entre aquellas destinadas al uso productivo y aquellas ingresadas con el objetivo de reventa o reacondicionamiento, muchas veces también con partes importadas.

Asimismo, cabe señalar que la decisión de eliminar el CIBU no responde a una política de renovación tecnológica del parque de maquinaria agrícola, debido a que la tendencia se vuelca hacia la importación de maquinaria ya amortizada en otros mercados. Esto, en un contexto donde el salto tecnológico nacional de los últimos años eleva enormemente la eficiencia productiva, responde únicamente al interés de mercados extranjeros por colocar su sobrestock de usados.

Si el objetivo es fomentar la producción y el desarrollo nacional, el eje del debate debe centrarse en la mejora de la competitividad como una construcción colectiva, contemplando el impacto del régimen impositivo y regulatorio vigente. En un contexto global donde las naciones promueven el fortalecimiento de sus estructuras productivas, la consolidación de cadenas de abastecimiento cortas y el impulso a vectores nacionales de desarrollo, esta medida reemplaza el valor agregado, la innovación y el trabajo argentino por el descarte extranjero.

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