Todo Láctea: El pasto, como clave del sistema productivo más extendido
Con un importante número de productores y profesionales presentes, la primera exposición estuvo a cargo de José Jáuregui (foto), especialista en sistemas de base pastoriles y divulgador que trató, “¿Cómo les fue a los sistemas base pastoriles con los vaivenes climáticos en Argentina?”.
Para entender este concepto puntualizó que lo más efectivo es hacer manejos simples, considerando términos puntuales.
La vaca ideal tiene que adaptarse al sistema, tiene que generar dinero y así tener alta eficiencia de conversión, estar libre de problemas sanitarios y robusta, debe poder caminar largas distancias aunque no lo requiera todos los días, un pesos corporal moderado, facilidad de parto y fácil respuesta a la suplementación que se le suministre de manera cambiante.
Hay que tener en cuenta que el ajuste de la dieta se debe dar en función al pasto, que debe permitir alto consumo, que deben ser perennes y duraderos, podemos pensar en pasturas por ambientes y fertilizaciones acordes, para contrarrestar los vaivenes climáticos.
La tecnología se adapta a estos tambos, con balanzas, corrales inteligentes, collares, todos detalles que faciliten la tarea, siempre orientando las ideas a mejorar las condiciones de vida de las personas que trabajan en los tambos, con viviendas cómodas, conexión a internet. A eso hay que agregar ordeños cortos, con descansos y francos adecuados, apostando todo a la calidad de vida, a las personas que son la base del sistema.
Jáuregui concluyó que “los sistemas resilientes van a garantizar más previsibilidad en el negocio”, pero trabajando en cerrar brechas para asegurar una continuidad y mejorar los rendimientos de todo el sistema.
Con su reciente experiencia en Oceanía, el Ing. Agr. Martín Rostagno comentó sobre la impronta pastoril en ese destino, a partir de haber sido gerente en tambos de Nueva Zelandia y Tasmania, Australia.
En Winnaleah, Tasmania, donde estuvo trabajando hasta hace algunas semanas tenía a su cargo 1.200 vacas en ordeño en 400 hectáreas de pasto con riego en 260, donde hay un sistema rotativo de 60 bajadas, con uso de collares inteligentes, entre otras tecnologías.
El ryegrass perenne ocupa el 80 por ciento del campo y 20 por ciento el trébol blanco, que se suplementa con concentrados y silo.
Se trabaja fuertemente en evitar el sobrepastoreo. El manejo del pasto es la clave, porque los suplementos son caros y los de grano, complejos. El sistema tiene un manejo simple y requiere de menos recursos humanos.
Los excedentes de cosecha de pasto se usan durante el invierno para bajar los costos en suplementos.
Para medir el pasto se usa el pasturómetro que baja en una aplicación en el celular los datos y la tasa de crecimiento, por lote y permitiendo evaluaciones completas. Al salir los animales del potrero también se mide para llegar a los residuales adecuados. Pequeños detalles del manejo generan grandes impactos en la producción, incluso en las diferentes temporadas, ya que a fines de la primavera se puede llegar a tener el máximo crecimiento de 100 kilos de materia seca por hectárea. Esto permite cortar, almacenar y ofrecer ese pasto en las temporadas más bajas.
Al cortar los lotes antes que entren las vacas a comer, se evita la selección, se mezcla, e incluso se mejora hacia adelante el crecimiento y su calidad.
Por parte de la empresa Yomel, la Ing. Agr. Cecilia Zalazar habló de las “Ventajas de uso de la siembra de cobertura”.
Dejando la siembra en línea, cubriendo los lotes se puede lograr un 30 por ciento más de cobertura en el suelo y se aprovecha así al máximo el suelo, con mayor competencia con malezas y el rendimiento forrajero que redunda en dinero a la hora de ordeñar.
La empresa ofrece una maquina que se adapta a partir de una tolva a herramientas existentes en los tambos, que permite siembras para las densidades de pastura deseadas, en todas las diversidades de especies y permite la aplicación de fertilización granulada, además de cebos para algunas plagas.
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