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A 15 años de la lucha contra la 125, el camino es la unidad para lograr todo lo que nos falta

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Hoy se cumplen 15 años del inicio del conflicto con el gobierno en el 2008. Tras su finalización, nos fuimos a nuestras casas a festejar lo que creímos era una victoria,
pero en verdad, fue una derrota. Así lo sentimos luego porque si bien habíamos logrado que no las aumentaran en forma desmedida, nos quedaron las retenciones
impuestas por todo este tiempo.
Frente a esto, hoy creo que como sector tenemos mucho que reflexionar.
Durante ese camino, nos pusieron las retenciones o DEX hace 21 años para salir de la crisis y la pobreza de ese momento, y no solo que no salimos, sino que la pobreza se
multiplicó, la falta de trabajo no se solucionó, la educación se ha degradado y la inseguridad ha crecido vertiginosamente año tras año.
Esta realidad que nos duele se da además en un contexto donde los países vecinos no tienen retenciones, no tienen dualidad cambiaria, no tienen inflación, y están multiplicando sus producciones agropecuarias.

Evidentemente nos hemos equivocado. Y la política, a través de sus gobernantes, ha hecho muy mal las cosas.
Por eso sentimos que es hora de dar vuelta la página y de cerrar la grieta. Pero para eso hay que darle condiciones al sector productivo, que reactive fuertemente la economía en beneficio de todos los sectores. Para ello, hay que lograr la unificación cambiaria, ya que está dualidad nos impide ser competitivos y ha desbastado nuestras economías.
Estoy convencido que debemos avanzar hacia un programa de retiro rápido y progresivo de retenciones desde las primeras toneladas de producción, porque en estos 21 años resintieron la rentabilidad del sector y han provocado la desaparición del circuito productivo de miles de pequeños y medianos productores. Se debe generar un gran impulso productivo, con herramientas como un seguro multirriesgo, una política de desarrollo integral enfocada en todos y cada uno de los actores, poniendo especial énfasis en los más vulnerables.

Para lograr todo eso, se requiere del compromiso y la presencia de todos los productores, no sólo reclamando por lo que necesitan, sino también poniendo el cuerpo, dando los debates, con consensos y disensos, en todos los lugares, en cada rincón de nuestro país, donde quede un productor intentado sobrellevar el difícil momento que nos toca enfrentar, en la oficina de cada intendente, cada gobernador, cada diputado, cada senador, para hacer realidad una política que nos incluya a todos y no excluya a nadie.
Producto de la sequía, del gravísimo impacto que tuvo el dólar soja, de las distintas inclemencias climáticas que han mermado las producciones de las economías regionales, de la ganadería, de los tambos, los cultivos de soja, trigo y maíz de la Pampa Húmeda, nos muestra que hace falta ir hacia una nueva expresión para permitir que se reactive la producción, para que vuelva a haber arraigo en el interior del país, para frenar la desaparición de productores que los distintos gobiernos han favorecido, así como también beneficiaron y concentraron la producción en pocas manos.

No es necesario recorrer muchos kilómetros para constatar la angustiante situación que están atravesando los ganaderos, sin pasturas, sin alimentos, sin reservas para enfrentar un invierno en donde su hacienda no va a resistir, donde la venta forzosa ya se está dando en este sector y en condiciones desventajosas que es la moneda de cambio, la pérdida no solo de terneros sino de vientres por muerte o liquidación va en aumento.
O la de los tamberos, que quiebran día a día por las mismas razones, con los precios planchados del valor de sus productos, por lo que van perdiendo y quedando cada vez
en peores condiciones.
O la de las economías regionales, devastadas por las heladas, las granizadas, la falta de políticas públicas específicas, la eterna distorsión entre el precio que recibe el productor y lo que paga el consumidor. O la de los productores de los cultivos extensivos de pampa húmeda, que quedan en quebranto.

Y sigue sin hablarse de unificación cambiaria, de una reforma integral impositiva, dotando de herramientas para estimular el progreso de las familias de los productores, por ende la generación de trabajo y el arraigo en los pueblos del interior, impidiendo que migren a los grandes conos urbanos y también evitar el éxodo de nuestra querida Argentina.
Creo que los productores tenemos que mirar hoy al 2008 dándonos cuenta de que la movilización, estar unidos y dispuestos a luchar, sabiendo que lo que pedíamos era justo, debe servirnos de ejemplo y de inspiración, porque que hace falta nuevamente alzar la voz, y firmemente expresarnos desde las chacras, desde los campos, desde las fincas, en las rutas, en las legislaturas, en las gobernaciones, porque debe haber un salvataje extraordinario para todas las economías productivas ante tremendo desastre climático, productivo y económico.
Pero esto no es tarea solo de una entidad, o de un grupo de productores, es una labor ardua, que debemos encarar unidos, todos los sectores de la sociedad, sin que nos
dividan las mezquindades o las diferencias que podamos tener, para lograr todo lo que aún nos hace tanta falta. Por un futuro mejor, como el que siempre soñamos.

Por Carlos Achetoni

Presidente de FAA.

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