Estrategia: Para lograr productividad en pasturas y forrajes, una buen a nutrición en el suelo
El marco del 17º Simposio Fertilidad 2025 la ganadería tuvo su espacio en la segunda jornada donde técnicos de INTA y destacados profesionales abordaron todo lo ateniente a la producción de forrajes, se enfocaron sobre la nutrición en el área ganadera.
El panel estuvo integrado por la Ing. Agr. María Alejandra Marino (INTA Balcarce) , el Ing. Agr. Gonzalo Berhongaray (CREA) y el Ing. Agr. Cristian Álvarez (INTA Gral. Pico), quienes analizaron la nutrición de forrajes para la producción ganadera con cuestionamientos a las prácticas actuales, explorando nuevas estrategias de fertilización de forrajeras, y enfatizando en los nutrientes estratégicos en pasturas de las zonas productivas.

Alvarez, Marino y Berhongaray en Fertilidad 2025
En dialogo con El Regional Digital, el Ing. Agr. Álvarez, recordó que desde su area hace un tiempo se viene trabajando en colaboración con la Asociación Fertilizar, con distintos módulos de trabajo, en una primera etapa asociado al cultivo de soja tratando de buscar alternativas de reposición de fósforo, azufre, con ensayos de larga duración, principalmente asociados a estrategias de nutrición apilada, en rotaciones que hacen productores, con diferentes combinaciones de estrategias mejoradas y recomendaciones asociadas, todo esto desde el punto de vista agrícola.
Durante su exposición en el Simposio Fertilidad 2025, Alvarez planteo que «no se tiene la misma producción que hace 20 años, y sin embargo la genética ha avanzado muchísimo. Las alfalfas antes duraban cinco o seis años; hoy, en algunos sistemas, apenas llegan a tres, y en otros, a dos”.
Además, aparecieron problemas en los suelos como compactación, falta de estructura, baja porosidad, pH inadecuado en profundidad y estratificación de nutrientes. “Cerca del 40% de los lotes analizados muestran este tipo de limitantes”.
Citando una serie de casos, indicó que un ensayo realizado con una alta dosis de superfosfato triple -800 kilos por hectárea- se dieron incrementos de hasta 80% en biomasa respecto al testigo, aunque no se pudo precisar qué nutriente —fósforo o azufre— fue el más determinante.

Ganadería de leche en una pastura en el oeste bonaerense
También el azufre se destacó por su impacto positivo sobre la alfalfa. En algunos ambientes, solo con la aplicación de este nutriente se logró un aumento del 24% en la producción.
En otro orden alertó que el balance de nutrientes demostró ser muy negativo. “En sistemas donde se realizan cortes mecánicos, el 90 a 100% de los nutrientes se extraen y no se reponen”.
En sus conclusiones apuntó que, si bien hubo avances en la genética y en el manejo forrajero, muchos sistemas siguen perdiendo capacidad productiva por no tener en cuenta la nutrición y las condiciones físicas del suelo. “El descuido de variables como la compactación o la proporción de cationes nos está generando conflictos importantes, no solo en producción, sino en persistencia y calidad. No es solo cuestión de poner fertilizante, sino de entender qué se lleva el sistema en cada corte y qué hay que reponer”, cerró Álvarez.
Deja un comentario