Destacan que hay buenos rindes en la zona núcleo, pero podría haber problemas para la cosecha

Se esperan promedios de 37 quintales en soja y 95 en maíz pero la falta de piso por las lluvias podría afectar la logística a la hora de comenzar la recolección, según datos proporcionados por la Bolsa de Comercio de Rosario.

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La Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) estimó que, luego de las últimas lluvias, los rindes esperados para soja y maíz se ubicarán en muy buenos niveles en la zona núcleo, con un promedio de 37 quintales por hectárea para la oleaginosa y 95 quintales para el cereal.

Sin embargo, este aspecto favorable de los buenos aportes de agua contrasta con que hay muchos caminos que siguen complicados por los anegamientos y eso podría complicar la cosecha de granos gruesos.

“Sojas revitalizadas, caminos lamentables ” tituló esta semana su informe la GEA, en el que advierte que “la lluvia fue muy bien recibida por los ciclos intermedios-largos de soja de primera, pero fue tarde para los cortos, resentidos por la sequía”.

Pese a ello, proyectó una buena campaña en torno a los 37 quintales por hectárea, con un piso de 25 quintales y un máximo de 55, y destacó que “por fortuna, no aumentaron las pérdidas por excesos en los lotes porque el agua se acumuló en zonas previamente anegadas”.

En cuanto a enfermedades y plagas, señaló que el complejo de chinches se monitorea de cerca, plaga peligrosa en estos tiempos de formación de grano y llenado, y que “los controles también se enfocan en las enfermedades de fin de ciclo”.

Con respecto al maíz, el de diciembre transita los estadios críticos de panojamiento y floración y la lluvia le vino muy bien. A días de descuento para comenzar la cosecha gruesa, mientras baja la humedad en el maíz de primera, las expectativas señalan rangos de 70 a 115 quintales por hectárea, con un promedio en torno a los 95 quintales.

La sorpresa es que, contradiciendo la recomendación de sembrar de manera temprana, aquellos cuadros que se sembraron más relajados y más tarde ingresaron en el periodo crítico con lluvias muy oportunas. “Los cuadros de maíces sembrados a principios de diciembre sufrieron las altas temperaturas de fin de enero y principios de febrero perdiendo potencial. En cambio, se reactivó el crecimiento vigoroso de los sembrados sobre el final”, evaluó la GEA.

No obstante, todo esto choca con el mal estado de los caminos. La BCR pronosticó que si se repiten fuertes precipitaciones en las próximas semanas, “la logística de la recolección se verá afectada”.

“La falta de mantenimiento es una realidad que se evidencia en cada campaña lluviosa. El tránsito se ve interrumpido en momentos claves de control de plagas. El temor entre los productores se acrecienta ante los escasos días que quedan para comenzar la cosecha del maíz temprano”, alertó el informe.

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