Argentina perdió el liderazgo en siete de los diez principales alimentos que exporta

Ocho de los once principales productos agroindustriales locales retrocedieron en su posicionamiento global. CRA reclama un país "competitivo y federal".

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En la última década, la Argentina perdió el liderazgo exportador en buena parte de los alimentos que vende al mundo.Así se desprende de un informe que Confederaciones Rurales (CRA), una de las tres gremiales rurales integrantes de la mesa de enlace nacional, elaboró sobre la base de datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda); la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y Commtrade, y que compara la performance de los distintos productos alimenticios entre 2005 y 2015, según publicó El Cronista.

El informe es lapidario de los once principales alimentos que la Argentina colocaba en el mundo, ocho cayeron en su posicionamiento mundial. La carne vacuna, el trigo, las manzanas y el girasol se llevaron la peor parte. El país fue el tercer proveedor mundial de carne bovina en 2005 y diez años después cayó al puesto número 12. En trigo, durante 2005, la Argentina era el cuarto exportador mundial del cereal, en la actualidad se posiciona en el octavo puesto.
En cuanto a las manzanas, el derrotero es similar al trigo, de ser cuarto exportador global en 2005, ahora se encuentra en el puesto número 8.En subproductores del girasol, tanto el aceite como la harina de esa oleaginosa, la Argentina estaba posicionado en el primer puesto del mercado mundial durante 2005. En la actualidad, quedó relegado al tercer puesto.

La entidad que dirige Rubén Ferrero remarcó que «la pérdida de posicionamiento global grafica la falta de competitividad y encuentra sus causas principalmente en las políticas públicas llevadas adelante en los últimos 10 años». Y abundó que «la falta de previsibilidad y reglas de juego adecuadas hacia la inversión, carga impositiva récord, cupos para la exportación, aumento en los requisitos burocráticos y regímenes de información, una macroeconomía con grandes desequilibrios y la ausencia de una política anticíclica como la que llevaron a cabo competidores como Brasil, o clientes como Rusia».
«Esta política ha perjudicado la inserción internacional de la Argentina y, por lo tanto, la posibilidad de contar con mayores inversiones y empleo privado, lo que limitó el desarrollo del país», planteó la entidad rural.

Entre los retrocesos en el posicionamiento de mercados analizados por CRA figuran también la de los limones, en los que se pasó de ser el tercer proveedor en 2005 al cuarto lugar en 2015. En las peras, el descenso fue de un puesto en diez años: del primero al segundo escalón. En tanto, en maíz, que junto con el trigo es desde hace ocho años de los más perjudicados por la política oficial inaugurada por Guillermo Moreno con mercados intervenidos y autorización de exportaciones a cuentagotas, la Argentina pasó de ser el segundo proveedor mundial en 2005 al tercer puesto una década después.
De los once productos analizados por CRA, sólo el complejo sojero logró mantener su posicionamiento global. Tanto en harina y en aceite de soja, la Argentina sigue siendo el principal exportador global en estos diez años.

Mientras, en lo que respecta al poroto de soja sin procesar, el país mantiene la tercera posición global.No obstante, CRA puntualizó que «en materia de producción de soja tampoco las exportaciones fueron un éxito para la Argentina. Pese a que mantuvo el liderazgo mundial en el complejo sojero, durante estos últimos 10 años, Brasil nos superó ampliamente en materia de producción, al crecer casi 100% para llegar a las 100 millones de toneladas». En el mismo lapso, puntualizó el trabajo, la Argentina «creció un tercio comparado» con sus competidores brasileños.

De cara al futuro gobierno, CRA manifestó que «no se trata simplemente de abrir la economía, ya que se debe contar con un claro y consistente plan de competitividad, de inserción externa de nuestras empresas, instrumentado como política de Estado».»Se debe promover una Argentina competitiva, con alta inserción externa, fundada en sectores estratégicos para el desarrollo, generadores de mayor valor agregado; una Argentina productiva, que promueva la creación de empleos formales y de mayor productividad en el sector privado de la economía; y una Argentina federal, contemplando en su diseño las potencialidades de desarrollo estratégico de cada región del país.

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