Le roban 5 mil dolares

Advertencia: Delincuentes concretaron otro «cuento del tio» en la zona

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Mabel Dipardo fue víctima de un llamado extorsivo en la madrugada del sábado 21 de diciembre y colocó dentro de una bolsa 5 mil dólares, que sacó a la calle y dejó bolsa frente a su vivienda, en la ciudad de Chivilcoy.

El hecho comenzó cuando recibió un llamado telefónico y una voz que se hizo pasar por su hijo, aportando datos precisos de familiares que no viven en el país, le pidió que entregue todo el dinero para evitar que lo maten.

En diálogo con el programa “Buenos Días”, de Radio Chivilcoy, Dipardo, comentó que “a las 4 de la mañana del 21 de diciembre, llamaron al teléfono y mi esposo me dijo que no atienda porque era un llamado extorsivo, pero siento que era la voz de mi hijo. Para mí era mi hijo que lloraba, que supuestamente lo estaban apuntando con un arma para matarlo. Me dieron nombres precisos de mi familia que no vive en el país y eso llama poderosamente la atención”.

“Me pedían dólares. Tuve una despensa durante 40 años y la cerré hace cinco. La mercadería que tenía la vendí y el dinero lo convertí en dólares. Mi marido me decía que cortara la comunicación, pero la voz era de mi hijo y decía que lo iban a matar. La comunicación duró unos cuatro minutos” dijo y agregó que “el que se hizo pasar por mi hijo me dijo que ponga la plata en la vereda, que cierre las puertas y las ventanas y que junto a mi marido contemos hasta 100. Alcancé a llegar hasta 30 y me descompuse, tuvieron que llevarme al Hospital. Vivo frente a la Escuela N° 33 y cuando salí no había nadie, para mí estaba detrás del tapial, escondido”.

“Me preguntó, el supuesto hijo, si le había dado todos los dólares y le dije que sí, me preguntó con qué iba a comer y le dije que con mi esposo íbamos a tomar mate cocido”, enfatizó.

Manifestó además que “a media cuadra de mi casa, en Basso Dastugue y Laprida, hay una cámara municipal, y me dijeron que se ve mi vivienda, se ven circular muchas motos, pero nadie que pasó a recoger el dinero”.

“Cuando mi cuñado vino a mi casa, porque lo llamó mi esposo viendo que yo estaba llorando, vio a una persona en una moto, con un saco grande, en una  moto roja, vieja, pero no sabemos si es la persona que pasó a recoger el dinero”.

Consultada sobre la suma que entregó, dijo: “Fueron cerca de 5 mil dólares, que los teníamos ante una urgencia propia de la vejez, el fruto de 40 años del negocio. No me quedó nada, solo tengo la jubilación para poder comer”.

Fuente: La Razon de Chivilcoy

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