Sin éxito Kicillof intentó mediar por el conflicto aceitero

El ministro y su colega de Trabajo, Carlos Tomada, se reunieron con la federación aceitera; hay tensión con los camioneros.

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El Gobierno les transmitió ayer a los trabajadores del complejo oleaginoso del Gran Rosario, que hace 23 días iniciaron medidas de fuerza en reclamo de aumentos salariales, su preocupación por la extensión del conflicto.

El ministro de Economía, Axel Kicillof, se reunió ayer con los dirigentes de la Federación del Complejo Industrial Oleaginoso, junto con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, aunque sin la participación del sector empresario. El Gobierno pretende que la paritaria se cierre con un aumento salarial que no supere el 27%, igual que lo acordado con otros gremios.

La semana pasada no homologó el acuerdo que habían logrado sindicalistas y empresarios del sector aceitero y que establecía una suba de 36%. Ayer circuló la versión de que el Gobierno presionó a las partes para que públicamente dijeran que el conflicto se terminaba con una recomposición de 27%, aunque se aceptaran subas mayores para las categorías más atrasadas.

«Le aclaramos al ministro que no tenemos ningún fin político con la medida de fuerza», dijo a LA NACION el secretario general de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Daniel Yofra. Y sostuvo que el sindicato mantiene el reclamo de un incremento salarial de 36% para todas las categorías.

La representación empresarial, reunida en la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), no fue convocada al encuentro. No obstante, sus directivos expresaron que no se sentarán a negociar mientras los piquetes se extiendan a las terminales y plantas que no son jurisdicción de la Federación.

Mientras tanto, se agravan las consecuencias por la medida de fuerza. En la zona de Rosario, con un piquete en La Ribera, entre la autopista Rosario-Santa Fe y la ruta 11, un grupo de camioneros expresó su bronca por la imposibilidad que tienen de descargar granos en las terminales del cordón industrial del Gran Rosario.

La medida de la Federación Aceitera se extendió desde el lunes pasado a otras plantas que no estaban de paro porque pertenecen a otro sector sindical. Pero tras el bloqueo de los ingresos, Terminal 6 y Cargill, en Puerto General San Martín, y Molinos Río de la Plata y Vicentín, en San Lorenzo, quedaron totalmente paralizadas.

A causa de esta medida, los transportistas no pueden trabajar, en una época pico como es la denominada cosecha gruesa, cuando ingresa un promedio de entre 12.000 y 14.000 camiones por día. Según los registros de la Bolsa de Comercio de Rosario, ayer sólo entraron a los puertos -en los que no se produce aceite y, por lo tanto, están en actividad- 650 camiones con soja.

La gran mayoría de las terminales que están de paro no están dando cupo a los camioneros. Centenares de transportistas esperan cerca de las plantas que se levante la medida de fuerza para poder descargar. Entre Timbúes y San Lorenzo se acumulan camiones sobre la banquina de la ruta 11. La tensión en la zona va en aumento a medida que pasan los días y el conflicto no se soluciona. Valera Pardo, de Transportistas Rurales Argentinos (TRA), advirtió que a causa de la escasa comercialización de granos por el paro «se cortó la cadena de pagos del sector». «Estamos en una situación complicada, porque en esta época se produce el pico de traslado de cargas de granos desde los acopios a las terminales», dijo.

Pardo explicó que durante los últimos días recomendaron a los afiliados a la cámara que no envíen camiones a los puertos. Desde el lunes, cuando comenzaron los piquetes en las terminales de San Lorenzo y Puerto General San Martín, en plantas donde los trabajadores no estaban de paro, no entraron más camiones para la descarga de granos, que están destinados al procesamiento para convertirlos en aceite o harina de soja y para la exportación de poroto.

Por su parte, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires advirtió en un comunicado que el conflicto «genera importantes perjuicios sociales al afectar desde el suministro de aceite para consumo doméstico, cuyo desabastecimiento ha comenzado a verificarse, hasta el decrecimiento del ingreso de divisas que se advierte en plena cosecha récord de soja». La entidad le pidió al Gobierno resolver la situación «que amenaza con escalar a un escenario hoy imprevisible».
Fuente: La Nación

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