Llamativo: Por 1ra. vez, La Nación y Clarín coinciden en criticar a Macri

Primer cuestionamiento fuerte y coincidente del diario La Nación y el Grupo Clarín a Mauricio Macri a raíz de la resolución firmada este martes (26/7) por la cual los datos de los jubilados de la Anses pasarán a la Secretaria de Comunicación. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, y las autoridades del organismo previsional salieron ayer a aclarar la cuestión sin dar marcha atrás, pero no fue suficiente. La oposición ya motoriza en el Congreso proyectos contra esa medida y denuncia la utilización de la información personal de los jubilados con fines de campaña. A eso se sumó la reunión que el presidente mantendrá este mediodía con Marcelo Tinelli, todo por un conflicto desatado por campañas en Twitter y la satirización del presidente.

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Nunca antes el Grupo Clarín y el diario La Nación había coincidido en un cuestionamiento tan claro a Mauricio Macri. La razón: la resolución publicada ayer (26/7) en el Boletín Oficial por la cual la Anses le brindará sus bases de datos a la Secretaría de Comunicación. Una polémica decisión que genera dudas acerca del uso que se le dará a esa información sensible de los jubilados y que el arco opositor considera que terminará siendo utilizada con fines propagandísticos. Tanto el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, como las autoridades del organismo previsional salieron ayer a aclarar la situación y a defender la legalidad de la medida. Pero no fue suficiente. Y ahora desde la oposición parlamentaria quieren sancionar una ley que impida la utilización de la base de datos de la Anses. Ya se encolumnaron los bloques del kirchnerismo, el Frente Renovador, los socialistas, el GEN de Stolbizer y la izquierda de Del Caño.

En cuanto a los dos diarios mencionados, además sumaron críticas por la reunión con Marcelo Tinelli, prevista para este mediodía. El Grupo Clarín viene criticando ese encuentro incluso desde su canal de noticia TN. Hoy (27/7) uno de los principales editorialistas del diario, Ricardo Kirschbaum, se refiere al tema. También hace lo propio La Nación, con Joaquín Morales Solá, aquí un repaso por ambas columnas.

En paños menores, Ricardo Kirschbaum en Clarín:
Macri y Tinelli hicieron política chiquita, pero consiguieron lo que buscaban: uno, aire para el gobierno y el otro, aire para el rating. Querer poner en el centro de la escena (y casi lograrlo) una polémica por una imitación es, francamente, un desatino, más para un presidente que para un animador de tevé, por más popular que sea. Se creía que este tipo de cosas habían quedado en el pasado. No fue así.

Está claro también que Tinelli no imita a cualquiera ni a todos, como por ejemplo a Cristina Kirchner. Y que la oportunidad de imitarlo a Macri fue contemporánea con su frustración en la AFA. Es decir que eligió hacerlo en determinado contexto aunque nadie puede censurarlo por eso. Para darle todavía más trascendencia a esta parodia, se anunció que Macri recibirá a Tinelli en Olivos para “sellar la paz”, algo un tanto grandilocuente que muestra, más que nada, la trascendencia que el macrismo le otorgó a esta cuestión.

Cualquiera que no esté demasiado distraído sabe que Tinelli fue corrido de sus sueños por el fútbol por Macri, como en su momento lo fue por Máximo Kirchner. Y que se trata de cuestiones que lastiman cualquier ego.

La comunicación para el oficialismo es una estrategia permanente. Esa creencia de que allí se basa la fortaleza política del PRO, certeza que quedó magullada con las tarifas, da una pauta del porqué de la reunión de Macri con Tinelli. Pero, cuidado, no hay que confundir comunicación con propaganda usando la lista del ANSeS.

“En las redes de lo mediático”, Joaquín Morales Solá en La Nación:
El sentido de la oportunidad no figura entre las virtudes del gobierno de Mauricio Macri. Resolvió utilizar para la comunicación política los datos personales que se archivan en la Anses justo cuando discutía con Tinelli sobre si fue el Gobierno -o no- el que impulsó un masiva crítica de tuiteros al conductor televisivo.

La resolución que dispuso la captación de todos los datos personales de los argentinos que aportan al sistema previsional (y de los que cobran) debería precisar para qué serán útiles en otros organismos del Estado. Esa información no es propiedad del Estado, sino de cada uno de los argentinos que están inscriptos en la Anses para un fin específico.

Esa doble faz de las redes sociales (su contribución a la rápida difusión de una información, por un lado, y su uso también rápido para diseminar cosas falsas, por el otro) es lo que hace más preocupante la decisión del Gobierno de contar con los datos personales de los argentinos para la comunicación política. Cualquiera que conozca al presidente Macri sabe que él no usaría las redes sociales con fines perversos, pero no será él quien manejará personalmente el sistema que se pondrá en funcionamiento. Y un equipo de personas está siempre integrado por buenas y por malas personas.

¿Para qué crearle un nuevo capítulo a la discusión ya inservible con Tinelli? Tinelli es, además de un conductor televisivo, un protagonista de la política porque a él le gusta ese protagonismo. Su condición de ofendido en los últimos días porque 30.000 tuiteros lo criticaron por las sátiras sobre el Presidente es el mejor certificado de que vivió sin problemas durante los últimos doce años.

Los segmentos más ácidos contra Macri en el programa de Tinelli sucedieron cuando éste se notificó de que no tendrá la conducción de la AFA, que era su proyecto más preciado. El Gobierno dijo que fueron los clubes los que no querían a Tinelli. Puede ser cierto; si lo hubieran querido, nadie habría podido vetarlo.

Seguramente, Macri y Tinelli acordarán hoy una tregua. Macri podría conseguir cierta morigeración al efecto destructivo de la sátira tinelliana. Tinelli ya logró lo que quería: colocarse, otra vez, como protagonista en el principal escenario de la política.

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