Informe caprolecoba

Lecheria: En un difícil contexto mejoran las condiciones climáticas y se espera por una recuperación del precio

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Promediamos Junio y nos disponemos a ingresar pronto en el invierno, bajo condiciones climáticas o “patrones” de normalidad. Con el perfil de los suelos bien cargado de humedad, en un habitual gradiente de Este a Oeste.

Y las napas bastante recuperadas, incluso en las zonas que hasta hace pocos meses, soportaron sequías agudas.

En esta mitad de mes está ingresando la primera masa importante de aire frío y seco, que se espera  traiga algunas heladas fuertes y estabilidad climática.

Para el trimestre que va de Junio a Agosto, el SMN proyecta como probables para el Oeste de Bs As: precipitaciones normales, y temperaturas medias normales o superiores a lo normal para la época.

Producción y Perspectivas

La producción de leche en nuestra Cuenca, luego de mostrar incrementos interanuales en el 1er. cuatrimestre, enfrió el crecimiento y se ubicó casi en paridad con el año previo.

Esto es lo que se vio en los principales recibos de fábrica, y expresó la reacción de los tambos al impacto de la devaluación en sus costos. Cosa que se sumó a los efectos de las lluvias de mayo y las subas en el precio de granos/concentrados.

Venimos cuidando verdeos voluminosos, pero aguachentos y con poco piso, y también reservas ajustadas. Además de tener que limitar los concentrados en cantidad y calidad.

Ahora, a mediados de Junio, parecen ir mejorando las condiciones climáticas, pero necesitamos que se acelere la recuperación del precio de la leche en dólares, para poder volver a repuntar en forma consistente. Se trabaja mucho en los tambos para potenciar la eficiencia y la productividad. Para bajar costos y poder sobrellevar una situación extremadamente difícil.

El Escenario comercial 

Mayo: Las necesidades fueron grandes y la suba de precios quedó chica

La tormenta financiera y cambiaria que se desató en Argentina durante mayo, afectó profunda y rápidamente a los tambos, provocando desequilibrios de magnitud y agravando una situación que ya venía complicada para muchos. Se perdió cualquier lógica en nuestros términos de intercambio, y las mejoras que se alcanzaron en los precios de la leche, resultaron así muy insuficientes en relación a las necesidades.

Este mes, la suba de precios en la Cuenca Oeste, se ubicó cerca del 2,8% en $/litro, y del 2,1% en $/KSU. Mientras que en la comparación interanual (a moneda corriente) quedamos entre el 18,0% y el 20,0% sobre 2017. Estos precios, en dólares, son: u$s 0,25/litro, y 3,50/KSU ($25,15/u$s Márgenes Agropecuarios).

Junio: El empalme imprescindible que esperamos se produzca

La salida que la economía argentina parece encontrar hacia el corto y mediano plazo, nos muestra que nuestro complicado paquete de desequilibrios no se va a poder desarmar sin afectar de manera significativa el nivel de actividad económica. Lo que solemos llamar “la economía real”. Y el costo de la estabilidad y crecimiento futuros, (si logramos alcanzarlos) serán las heridas que nos hayan quedado para entonces.

Nuestra lechería está en este escenario. Desde aquí tenemos que partir para salir adelante. Y sólo podremos hacerlo juntos, los involucrados en esta cadena. A pesar de su deficiente estructuración y funcionamiento, a la carencia de herramientas básicas institucionales, y a la desconfianza que reina entre nosotros.

En los últimos tiempos hemos venido “caminando” en nuestro negocio muy enfocados en el mercado interno. No tuvimos condiciones, leche suficiente ni oportunidades para ocupar espacios consistentes en el mercado externo. La ecuación entre el precio conseguible en salida de fábrica para mercado interno o externo, favoreció en este tiempo claramente al primero. Y hacia allí fue la industria.

Los tambos necesitan imperiosamente que se apure la recomposición del precio de la leche en dólares, porque no dan más. Y esa es una condición para retomar un crecimiento capaz de dar sustentabilidad a los mismos. Las industrias, por su parte, también necesitan mejorar el uso de su capacidad instalada, bajar costos, reinvertir en tecnología, y ampliar sus destinos de colocación. Para lo que deben pagar mejores precios en dólares a los tambos, en lo que hace a asegurar su adecuado aprovisionamiento.

Ahora, el consumo local tiende a enfriarse, porque la gente necesita cuidar sus bolsillos más flacos, y en simultáneo, crecen las oportunidades para poder exportar en condiciones más favorables (los precios son bastante buenos y empalman con un dólar alto). Pero todo “lleva tiempo” nos dicen.

Bien, ese es el tiempo que tenemos que acortar al máximo: el que nos lleva al empalme entre un mercado interno que tiende al sobreabastecimiento y el externo, que nos abre nuevas oportunidades hacia adelante.

Como siempre, necesitamos que cada uno haga su parte. Nadie queda afuera de esto.

 

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