La bioseguridad entendida como cultura de producción

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En el marco de las recientes jornadas on line Todo Cerdo 2020, el medico veterinario Ricardo Segundo analizó el avance de la pandemia y su impacto en la producción. “¿Por qué hablo de una pandemia en humanos si estamos hablando de animales?”, se preguntó y de inmediato arrimó: “Para dar un ejemplo muy claro de que en medio de la pandemia se pueden hacer las cosas de diversos modos, y esto también se reproduce en las granjas”.

La idea es que quedara claro que la pandemia del corona virus tuvo manejos diversos y que algo similar ocurre en las granjas. Y para precisar su mirada, expresó que “en este caso lo peculiar de esta enfermedad fue que se cortó la cadena del cerdo en el eslabón del procesado, entonces por un lado había granjas ofreciendo capones, pero las plantas habían cerrado por el contagio en humanos”.  De todos modos la cuestión parece estarse encausando, adelantó.
Segundo dijo que con la peste porcina del año pasado y el impacto del Covid 19 se ha puesto en agenda el tema de la bioseguridad y si bien China ya habla de vacuna, “tenemos que poner el foco en todo lo que venga de ese país, inclusive antibióticos desde un lugar en el  mundo donde hay flujos cruzados y sobre eso viaja la contaminación”, avisó.
En Europa, el celo está puesto en Polonia, con el agravante de que la cuarentena redujo la actividad de cazadores de jabalíes y se están incrementando en población y con ello crece la amenaza, señaló el especialista y para subrayar la magnitud del problema dijo que a México y Estados Unidos va a llegar la PPA pero aquí en el sur hay mejores posibilidades de blindar la situación.
El comportamiento del mercado
Con la peste porcina, en China se produjeron 14.500.000 de toneladas de carcazas menos, Brasil creció la producción, pero en China bajó el consumo pues el consumidor se pone paranoico respecto a la inocuidad de la carne. Se espera una caída proyectada del 8% del total de la carne producida en el mundo.
Segundo observa una gran concentración de mega empresas que están reestructurándose, hay un efecto global a nivel de empresas y China está reestructurando su producción, pero no son procesos rápidos ni fáciles.
“Se preve que el efecto de la peste porcina africana va a ser más grande que del COVID-19, más allá de que el COVID-19 puede seguir generando alteraciones en el precio del mercado y la disponibilidad de carne en mercados”, aseguró el experto y aconsejó: “Tenemos que aprender a comunicar calma a todo nuestro entorno porque las bombas mediáticas les encantan a los que tienen una mala percepción del sector porcino”.
La amenaza de una nueva cepa
Ricardo Bruce Segundo cuenta que los expertos dicen que el nuevo virus G4 es que no es una cepa nueva y su rol patogénico todavía no está extendido, pero obliga a repensar la bioseguridad para gestionar todo lo que son las enfermedades que vienen de afuera sumadas . a las que ya se conocen.
Bioseguridad externa e interna
Toda la bioseguridad en granjas, logística y personal debe ser una cuestión jerarquizada en la agenda. El diseño de instalaciones, transportes de alimentos, vallados dobles, tratamiento de purines y descontaminación vehicular. Hay que revisar los ingresos de medicamentos o semen, cambio de calzado y ropa, eliminación de residuos, trabajar mucho concientizando a los empleados respecto a las nuevos patógenos.
“En cuanto a actividades externas como Ferias o Congresos va a ser difícil que podamos hacerlas por un tiempo. Hay que concientizar que el riesgo está fuera, esto es importante transmitirlo a los empleados como potenciales vectores de cadenas de contagio. Hay que repensar el control de acceso desde que los vehículos aparcan, desde ahí ya la persona tiene que ponerse botas descartables para llegar al vestuario, después sistemas integrados en las plataformas informáticas que gestionen bioseguridad, biometría, control de acceso y de horarios”, aconsejó el especialista.
La bioseguridad de estos tiempos reposa en tres aspectos:
– Un 70% en la infraestructura pues es allí ocurren los mayores fallos en el proceso.
– Un 20% en la formación de personal y consecuencias.
– Y un 10% en la construcción de protocolos.
Y respecto a la comunicación subrayó la necesidad de evitar mensajes inconsistentes, confusos o con más de una interpretación.
Apuntó a una clara señalización en la zona de carga con líneas de marcación en suelo y con cambio de calzado y evitar contacto alguno con el camión y el transportista.
Promovió el uso de tapabocas y gafas protectoras, y la instalación de cámaras infrarrojas IR.
El personal como clave de la bioseguridad
Como cierre y a modo de conclusión, el experto invitó a pensar en dar mejores condiciones para los empleados y planear una bioseguridad conectada a una plataforma informática de la granja.  “Lo que ha cambiado es que si vamos a utilizar nuevas tecnologías vamos a necesitar gente más familiarizada con las tecnologías que vienen, más allá de que las tecnologías tienen que ser pensadas para un usuario de mentalidad abierta. Y para atraer a ese personal la empresa debe construir una buena imagen y valores que sean apreciados”, propuso.
Convidó a pensar en recursos humanos como una cadena, sin desentenderse del nivel de gerenciamiento, que promueva una cultura corporativa. “Una buena gerencia para generar un usuario amistoso para la gente. Los encargados deben trabajar mucho para lograr un clima laboral y trabajo en equipo para generar personal que se quede y ve la capacitación como una necesidad permanente”, trazó.
Fuente:TodoCerdos

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