Fertilidad 2019: El desafio de llevar la Agricultura de Precisión al lote a la hora de fertilizar

Share on FacebookShare on Google+Tweet about this on TwitterShare on LinkedIn

En el marco del Simposio Fertilidad 2019  que se desarrollo los dias  8 y 9  de mayo en la ciudad de Rosario, la mañana del segundo día comenzó con un bloque en el que se abordó el tema de Agricultura de Precisión (AP), que inicio con el Ing. Agr. Agustín Pagani, del laboratorio Clarion de 9 de Julio, brindó la charla “Llevando la AP al lote”, en la que se refirió a los problemas y desafíos en el manejo de nutrientes con tecnología de precisión.

A la hora de fertilizar, “la variabilidad temporal, la variabilidad espacial y la interacción entre ambas, son factores que influyen en los resultados de las aplicaciones. Pero en la actualidad, a diferencia del pasado, tenemos GPS, drones, sensores de suelo y cultivos, satélites, monitores de rendimiento, equipos de dosificación variable, modelos de simulación”, dijo Pagani.

]

Es importante destacar que la conveniencia de un planteo de manejo de nutrientes sitio-específico no es uniforme a través de todas las condiciones de producción, sino que varía entre regiones, lotes, cultivos y productores. Sin embargo, considerando la extensa variabilidad espacial de las características edáficas, en la mayoría de los lotes de producción es intuitivo que un manejo nutricional que permita contemplar dicha variabilidad presente ventajas sobre un manejo espacialmente rígido”, expresó el ingeniero.

Para implementar planteos de aplicación de dosis variable de nutrientes en nuestras recomendaciones tenemos que identificar los factores que afectan a la respuesta a la fertilización dentro de lote. Entre ellos están los nutrientes, la elevación, la textura del suelo, la materia orgánica, la presencia de tosca y de horizonte thapto, sodio, napas, la compactación. Y también tenemos que adaptar o generar recomendaciones que integren estos factores”, detalló.

Según Pagani, el manejo del nitrógeno (N) en sistemas agrícolas presenta una elevada complejidad debido al número de factores que intervienen en la dinámica de este nutriente en el sistema suelo-planta-atmósfera. “Esto es particularmente cierto en regiones húmedas o de pluviometría variable como gran parte de la región pampeana argentina, donde la oferta de N del suelo y la demanda potencial de este nutriente por parte del cultivo se modifican consistentemente de un año a otro en función de las condiciones ambientales. A su vez, estudios nacionales han demostrado cómo las variaciones en las propiedades edáficas y topográficas a nivel intralote determinan que el nivel óptimo de fertilizante nitrogenado a aplicar varíe espacialmente de manera considerable”, expresó el especialista.

Tanto para trigo como para maíz, Pagani destacó la importancia de contemplar la oferta y demanda de N en forma integrada a la hora de generar una prescripción de fertilización nitrogenada con dosis variable, ya que la cuantificación de la demanda en forma aislada (como por ejemplo, el uso de mapas de rendimiento de años anteriores o de imágenes multiespectrales que se correlacionen con productividad vegetal) puede no ser estrategias acertadas para separar áreas dentro del lote con diferentes requerimientos de N (especialmente para maíz).

Por otro lado, “la cuantificación de la oferta de N en forma individual (como el análisis de N inorgánico inicial o algún índice de mineralización de N) ignorando el potencial de rendimiento del ambiente tampoco parecería ser un planteo recomendable en regiones con pluviometría variable donde las pérdidas de N del sistema pueden ser importantes”, explicó.

En varios estudios de fertilización nitrogenada en maíz, por caso, se observó que los sitios con mayor rendimiento no son necesariamente los sitios donde hay que fertilizar más. “Se ha comprobado una independencia entre el rendimiento y la dosis óptima económica de N a aplicar”, dijo Pagani.

En cuanto al manejo del fósforo (P), el especialista señaló que presenta menor complejidad que el manejo del N, particularmente en regiones con suelos poco fijadores de P como los de la región templada argentina. “Esto se debe a que las necesidades de P por parte de un cultivo determinado interaccionan relativamente poco con el clima, suelo y nivel de rendimiento. A diferencia del caso del N, en general los umbrales críticos de P son relativamente estables ante variaciones en las condiciones de crecimiento del cultivo. Además, debido a la residualidad de la fertilización fosforada en suelos poco fijadores, la determinación de la dosis de P a aplicar no es un aspecto tan crítico en el corto plazo”, dijo el especialista.

Sin embargo, cuando se considera la variabilidad espacial de la disponibilidad de P para los cultivos, el manejo de este nutriente se complejiza significativamente. “Esto se debe a que las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo pueden producir variabilidad tanto en rendimiento y exportación de P por parte de los cultivos, como en el P disponible para la planta afectando la cantidad total de P en el suelo, la fracción de P disponible para el cultivo y las posibles pérdidas del sistema”, detalló Pagani. Y remarcó que “lo más importantes es conocer el nivel de P en el suelo y su variabilidad, no debe descuidarse la variabilidad espacial del balance de P en el suelo”.

Finalmente, Pagani advirtió que “la agricultura de precisión puede ayudar si permite ser mejores técnicos pero que las herramientas no deben preponderar por sobre la agronomía”.

El uso del SAOCOM en la producción agropecuaria

A continuación, el Ing. Agr. Francisco Damiano, asesor privado, explicó el funcionamiento del recientemente lanzado, satélite nacional SAOCOM y su aplicación en agricultura.

A través del satélite se pueden generar mapas de humedad de suelo, es posible establecer un sistema de soporte a las decisiones en agricultura, un sistema de pronóstico de enfermedades, y un manejo del riesgo por emergencias hidrológicas”, enumeró Damiano.

Midiendo la permitividad del suelo, el radar determina el contenido de humedad del mismo, por eso se pueden obtener productos como: mapa de humedad superficial del suelo; balance hídrico, índice radar vegetativo para complementar el índice verde; escenarios de cultivos para tomar decisiones de manejo y estimar rendimientos; mapas de enfermedad como el de fusariosis; mapas de inundación y de escurrimiento, entre otros.

Cabe señalar que estos productos aún no se encuentran al alcance del público, ya que se encuentran en fase de comissioning pero estarán disponibles en breve.

El futuro de la tecnología para el agro

Para cerrar el panel, Rodolfo Bongiovanni, del INTA Manfredi, se refirió al uso de las tecnologías de precisión en agricultura. “La AP es información aplicada a la agricultura, brinda información a un costo más bajo. Al utilizarla, hay que analizar el beneficio/costo de la AP y también la tasa de retorno que genera”, dijo Bongiovanni.

De acuerdo al especialista, la rentabilidad de la AP es específica de cada sitio. “Hay que tener en cuenta que la información es un insumo como la semilla, el fertilizante o el herbicida. Los presupuestos parciales son una herramienta útil para un análisis económico básico. Pero la AP no siempre va a ser rentable en todas las condiciones”, explicó.

 

 

Deja un comentario