El yuyo sigue esperando que le pidan perdón

La frase quedó para la historia del país adolescente.

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Por Fernando Gónzalez
Director Periodístico /Cronista Comercial

Corría el intenso año 2008, se avecinaba la batalla con el campo y la Presidenta filosofaba durante un extenso discurso en la Casa Rosada. “La
soja, en términos científicos (apuntó), es un yuyo que crece sin ningún tipo de cuidados especiales…”.
A continuación arremetió contra el impacto ambiental que causa el cultivo desmedido del principal producto de exportación de la Argentina y agregó que prefería centrar su atención en el trigo, el maíz, la leche y la carne.
Seis años después, con la gestión barranca abajo, la economía en frío polar y la mitad de las reservas monetarias de aquellos días, Cristina debería revalorizar el oxígeno vital que le da la soja. El yuyo desamorado ayer subió 13 dólares en los mercados internacionales y la tonelada se mantiene lozana por encima de los 550 dólares, dándole la chance al modelo de llegar en chancletas hasta el 2015.
Alfonso Prat Gay, tras dejar el Banco Central en días de Néstor Kirchner, bautizó a la bonanza económica de entonces como “soja y suerte”. El precio del yuyo sigue dándonos satisfacciones pero a la suerte habrá que acompañarla con una dosis mucho mayor de sensatez y de eficacia si queremos evitar una nueva película de terror de esas a las que ya le conocemos el final de la historia.

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