(Clarin)La insólita situación se vivió en los tribunales de la ciudad chubutense de Puerto Madryn. Al regresar a su despacho, la jueza Stella Eizmendi notó que faltaba su notebook. No era una computadora cualquiera: tenía información sobre la causa contra Facundo “Sapo” Ciarlo, acusado de estafas millonarias hechas con tarjetas de créditos ajenas.

Tras el robo, descubierto el lunes, se abrió un sumario interno. Tuvieron que declarar todos los empleados que en ese momento estaban en los tribunales, incluyendo al personal de maestranza y a los policías a cargo de la custodia.
En medio de la investigación, descubrieron que un agente concurrió a una casa de computación solicitando desbloquear una notebook. Al dueño del local –ubicado al lado de la casa de la jueza– le pareció extraño que no le hubieran dado el trabajo al responsable del servicio técnico de tribunales. El policía le contestó que esa persona estaba de vacaciones. Sin embargo, el hombre notó algo extraño y decidió hacer la denuncia.

Fue así que lograron identificar al agente, que además quedó grabado en las cámaras de seguridad del negocio. El sospechoso fue detenido y quedó alojado en un calabozo de una comisaría de Trelew.

Según fuentes del caso, no fue un robo “al voleo”. La computadora tiene toda la información que posee la Justicia sobre la actuación de la banda del “Sapo” Ciarlo, líder de una banda que también integraban Roberto “Cabezón” Curia y César “Coco” Barlocco, todos detenidos. Están acusados de realizar estafas con tarjetas de crédito por más de 10 millones de pesos.

Ciarlo llevaba una vida de lujo. Vacaciones en Nueva York, Las Vegas, Miami, y el Caribe, dos automóviles Audi y una moto BMW, eran algunos de los gustos que se daba. Sólo el año pasado había realizado 14 viajes al exterior, con destinos como China y Dubai.